El obispo de San Isidro exhortó a usarlas para "luchar por la dignidad de la persona, crear horizontes de esperanza, ser artesanos de la justicia", y advirtió sobre la "droga" de la corrupción.
"No hacerlo produce un gran cansancio del corazón", aseguró el obispo de San Isidro, y lamentó que en la Argentina se viva "una intolerancia tan grande" que cierra toda posibilidad de reconciliación.
El presidente del Episcopado animó a pedirle a Dios que esto que está pasando en el país "puede abrir el camino a una mayor creatividad y a una búsqueda sincera de un mejor encuentro entre nosotros".
El obispo de San Isidro invitó a pedir la gracia de la humildad y a hacerlo por intermedio de María, que fue quien "no vivió para construir ni armar ninguna imagen que no fuera la verdadera".