En una entrevista, el purpurado y enviado papal a la zona de conflicto para promover acciones a favor de la paz habló de distintos aspectos de la situación: religioso, humanitario y diplomático.
"No sé hasta dónde podré llegar, pero intentaré mostrar la cercanía y el aliento del Santo Padre", expresó el limosnero vaticano antes de partir a la misión que le encomendó en ese país en guerra.
"La archieparquía de Kiev está sangrando. Y como obispo de esta archieparquía, estoy de luto por mis hijos", dijo el arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica, al advertir sobre ataques a civiles.
Luego del rezo del Ángelus, el Santo Padre imploró el cese de los ataques en Ucrania y reclamó la apertura urgente de corredores humanitarios.