En su discurso ante la Asamblea diocesana, en la Basílica de San Juan de Letrán, pidió al clero y a los fieles romanos buscar formas eficaces de evangelización en el espíritu de la sinodalidad.
Francisco participó de la asamblea diocesana de Roma, durante la que subrayó la necesidad de llevar el Evangelio a los pobres, reparar los desgarros del tejido social y sembrar semillas de esperanza.