El obispo de Puerto Iguazú, Mons. Martorell, compartió con su comunidad diocesana las enseñanzas de los textos bíblicos leídos el pasado domingo, IV del año litúrgico, donde se habla del rechazo del pueblo a los enviados de Dios, como el caso del profeta Jeremías y del mismo Jesús.
"Desde el principio de la humanidad, después del pecado de nuestros padres -expresó el obispo de Puerto Iguazú al reflexionar sobre el tiempo de espera que significa el Adviento-, la humanidad entera espera la salvación, ser sacados del pecado y de la muerte y sabiéndose débil e incapaz de hacerlo por sí mismo, el hombre -la humanidad entera- espera el Salvador prometido por Dios".
La Cruz será el trono real de Cristo: desde la cruz con sus brazos extendidos abraza a todos los hombres, los libera, los protege, los asume y los gobierna con su amor. Así, y solo así, reina el Señor sobre nosotros, que somos atraídos y vencidos por su amor salvador", expresó el obispo de Puerto Iguazú, Mons. Martorell, al reflexionar sobre la solemnidad de Cristo Rey celebrada el pasado domingo.
El obispo de Puerto Iguazú, Mons. Marcelo Martorell recordó que este es el anteúltimo domingo del año litúrgico que culminará el próximo domingo con la fiesta de Jesucristo Rey, y propuso efectuar una reflexión "sobre el final de los tiempos que coincidirá con la Parusía, que será el retorno glorioso de Cristo, cuando todas las cosas sean restauradas en Él".