Cualquiera que dependa del deseo de riqueza, fama y honor no es libre de amar a Dios y al prójimo, recordó el Santo Padre este domingo durante el rezo del Ángelus en la plaza de San Pedro.
Dirigiéndose a la comunidad internacional el pontífice exhortó que "la ayuda humanitaria debe poder llegar a quienes la necesitan y no se debe permitir que nadie la detenga".
Se trata de "criterios muy diferentes de los que vemos a nuestro alrededor y también en nosotros", dijo este domingo Francisco durante el rezo de la oración mariana.
Mientras los cristianos damos nuestros primeros pasos en el camino de la Cuaresma, el Papa invita a confrontar nuestras luchas internas y a permitir que la voz de Dios hable a nuestros corazones.