"La vida de millones de niños está marcada por la pobreza, la guerra, la falta de educación, la injusticia y la explotación", lamentó el pontífice en su discurso inaugural.
En la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, el Papa rezó las primeras vísperas, en las que instó a los religiosos a un verdadero encuentro con el Señor en la Eucaristía.
En la catequesis previa a la oración mariana, el Papa se refirió a Jesús como la "luz para iluminar a las naciones". "¡Cuánta necesidad tenemos, también hoy, de esta luz!", afirmó.
Luego de la catequesis y el rezo del Ángelus, el Obispo de Roma aseguró que la guerra "destruye la vida e induce a despreciarla, por lo cual es siempre una derrota".