La centralidad de la dignidad humana, el acceso a los bienes básicos y la distribución justa de los recursos "deben ser prioridades en todas las agendas políticas y sociales", destacó Francisco.
El gesto fue en el marco de la Jornada Mundial de los Pobres. Fue servido en el Aula Pablo VI y participaron 1.300 comensales. Organizó el Dicasterio para el Servicio de la Caridad y la Cruz Roja.
"Un día encontraremos de nuevo las cosas y las personas que se han ido, no perderemos nada de lo que hemos construido y amado, porque la muerte será el comienzo de una nueva vida", reflexionó.
El Papa Francisco hizo un llamado a reconocer la presencia de Dios en el sufrimiento de los pobres y a actuar con esperanza y compasión frente a la injusticia.