El arzobispo de Buenos Aires consideró que pueden servir a todos los que, en la vida cotidiana, están llamados a ser pastores de otros, como los docentes, padres de familia, empresarios o abuelas.
"Queremos una Argentina fraterna, unida, que salga adelante, que se termine la crisis", suplicó el arzobispo ante los miles de peregrinos que acudieron al santuario para pedir y agradecerle al santo.
"Que volvamos a soñar que el reino de Dios es posible, que volvamos a creer que Jesús resucitado camina a nuestro lado, que volvamos a apostar por el Evangelio", propuso el arzobispo porteño.
"Que nuestras lágrimas y la sangre de nuestros héroes fecunden nuestra amada Argentina para que, de una vez y para siempre, germinen frutos de solidaridad, justicia, y paz", pidió el arzobispo porteño