La visita de solidaridad y cercanía hacia las personas que sufren el flagelo de la guerra en Jerusalén, Cisjordania y Gaza estaba programada del 5 al 9 de agosto.
El patriarca latino de Jerusalén llamó a las religiones a no "echar nafta al fuego": se necesitan testigos creíbles y honestos, para construir la paz con los criterios del Evangelio.
El Patriarcado armenio de Jerusalén denunció las intimidaciones de "30 provocadores con pasamontañas y armados con armas letales". Varios sacerdotes y estudiantes están gravemente heridos.
"La Navidad todavía inspira esperanza en medio de la guerra", afirman los líderes religiosos en su mensaje navideño.