Con la participación de un número importante de obispos, cerca de dos mil personas se unieron para hacerlo siguiendo los pasos de su fundador, el padre Alberto Ibáñez Padilla SJ.
"El misterio de la Trinidad que no es entendible desde la razón, sino desde la fe, ayuda a descubrir que el amor del Padre es gratuito, generoso y nos ama libremente", destacó el obispo lomense.
"Es la ocasión de renovar nuestra devoción al Espíritu Santo y considerarlo como el inspirador y animador principal de nuestra vida cristiana", aseguró el arzobispo emérito de Corrientes.
"Pentecostés es el cumplimiento de la principal promesa de Jesús, a la que le atribuye una trascendencia inigualable", destacó el arzobispo emérito de Corrientes en su sugerencia para la homilía.