El arzobispo porteño consideró que, para hacerlas realidad en la Argentina de hoy, es necesario "ser generosos y compartir", "no exigir de más, ni a los demás ni a uno mismo", y "ser honestos".
"Que nuestro corazón descanse en la Virgen María, nuestra Madre que tanto nos ama, nuestra Madre que nos enseña a alegrarnos", pidió el arzobispo de Buenos Aires.
"En el difícil contexto económico y social es revolucionario sostenernos en la alegría, pero una alegría profunda y duradera, que nace del encuentro con el Señor", afirma el arzobispo de Buenos Aires.
El arzobispo de Buenos Aires animó a mirar al Niño Jesús en el pesebre para que su sonrisa y su nacimiento sean motivo de alegría; y llamó a compartir esa alegría entre todos.