La organización caritativa de la Iglesia habla de una "traición a la responsabilidad global" y critica a gobiernos de varios países por poner en riesgo millones de vidas.
El arzobispo de Westminster criticó el modo irresponsable en que el Gobierno laborista del primer ministro británico Keir Starmer está gestionando la legislación sobre el suicidio asistido.
Fue en respuesta a las acciones caracterizadas por el odio, tanto contra inmigrantes en general como contra musulmanes ya asentados en el país, desatadas en diversas ciudades del Reino Unido.
El Tribunal de Apelaciones de ese país calificó de legal el aborto hasta el nacimiento, para los niños que tengan anomalías físicas o mentales graves.