El Secretario de Estado Vaticano expresó su preocupación por la evolución reciente de los principales frentes bélicos. "Estamos al borde del precipicio", lamentó.
Al recibir a los miembros del Consejo Mediterráneo de la Juventud, el pontífice exhortó a los jóvenes a ser "signos de la esperanza que no defrauda, porque está arraigada en Cristo".
El Santo Padre unió su voz al llamamiento conjunto de los patriarcas de Jerusalén para que se ponga fin a la guerra en Gaza y para que la ayuda humanitaria fluya libremente al enclave.
"¡Que la diplomacia silencie las armas!", pidió el Papa. "¡Que las naciones forjen su futuro con obras de paz, no con violencia y conflictos sangrientos!".