El arzobispo de Córdoba deseó que la Navidad sea realmente una fiesta en paz y pidió que "Dios nos libre de mirarnos a nosotros mismos y nos animemos a poner la mirada en las formas de fragilidad".
"Legalizar el juego es exprimir a los pobres", sostuvo en un comunicado ante el inminente tratamiento legislativo en la provincia. Exhortó a promover la cultura del trabajo, no la del juego.
Está prevista para el viernes 17 de diciembre a las 19 en la explanada de la catedral de Córdoba. El religioso jesuita también tomará posesión del gobierno pastoral de la arquidiócesis.
En una misa en la catedral local, el arzobispo agradeció a todos los que colaboraron en sus 23 años de ministerio episcopal en Córdoba. "El Señor en su bondad me regala hoy la paz y el gozo", sostuvo