Miércoles 1 de mayo de 2024

Autoridades chinas demuelen parcialmente un convento de religiosas

  • 21 de diciembre, 2018
  • Pekín (China) (AICA)
En la noche del 18 al 19 de diciembre, fuerzas policiales irrumpieron en un convento de religiosas situado en la provincia de Heilongjiang (China) y obligaron a las hermanas a dejar el edificio en el plazo de una hora. La construcción es considerada ilegal y en él se reúne una comunidad considerada igualmente ilegal por el hecho de ser subterránea. Las religiosas lograron convencer a las autoridades de salvar una parte del edificio que es utilizado como capilla y como residencia. El resto del edificio fue destruido.
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En la noche del 18 al 19 de diciembre, fuerzas policiales irrumpieron en un convento de religiosas situado en la ciudad de Qiqihar, en el distrito de Gannan de la provincia de Heilongjiang (China) y obligaron a las hermanas a dejar el edificio en el plazo de una hora.

La construcción es considerada ilegal y en él se reúne una comunidad considerada igualmente ilegal por el hecho de ser subterránea.

El obispo de la diócesis, monseñor Wei Jingyi, -señala AsiaNews- declaró que las religiosas lograron convencer a las autoridades de salvar una parte del edificio que es utilizado como capilla y como residencia. El resto del edificio fue destruido.

Una información de la agencia AsiaNews señala que la destrucción comenzó cerca de las 23 y que la policía ordenó a las hermanas a que se retirasen enseguida del lugar. Mientras tanto policías y personal llegado al lugar junto a ellos comenzaron a destruir los marcos de las ventanas, puertas y demás partes del edificio. En Qiqihar, durante la noche, las temperaturas suelen ser bajo cero.

Las hermanas habían recibido un aviso de desalojo esa misma mañana y pudieron advertir al obispo sobre lo que estaba sucediendo.





La destrucción del lugar prosiguió durante todo el día, mientras monseñor Jingyi, algunos sacerdotes y fieles de la diócesis trataban de dialogar con las autoridades para hallar una solución y llegar a un acuerdo.

En tanto, las hermanas pedían oraciones, apoyo y mostraban videos sobre el avance de la destrucción.

Según el gobierno, todo el edificio es una construcción ilegal y además aloja reuniones religiosas ilegales. En efecto, la comunidad de hermanas participa de la comunidad no oficial; el mismo obispo, monseñor Wei Jingyi no es reconocido por el gobierno, si bien tiene buenas relaciones con las autoridades.

Finalmente monseñor Wei comunicó que "las hermanas habían hallado otro lugar donde vivir y que acordaron con las autoridades que la parte del edificio parcialmente destruido seguirá siendo propiedad de las religiosas". +