Mons. Croxatto: 'El amor de Jesús es universal, se centra en el otro y es generoso'

Durante la misa por el quinto domingo del tiempo pascual, el obispo de Neuquén invitó a "pedir al Señor que nos ayude a amar como Él nos ama".

El obispo de Neuquén, monseñor Fernando Croxatto, presidió la Eucaristía por el quinto domingo de Pascua en la catedral María Auxiliadora.

En la homilía, recordó que "seguimos en este tiempo pascual y venimos a proclamar juntos en esta celebración que Cristo está resucitado, porque de Él depende todo lo que nosotros después caminamos en nuestra fe como cristianos. Todo se sostiene en este Cristo que ha resucitado y está vivó, y por eso no tenemos que olvidarnos de renovar esta fuerza de la resurrección en nosotros".

"Y esta fuerza -dijo- hoy nos pone delante y nos va mostrando distintos aspectos para que podamos seguir profundizando qué significó esta resurrección de Jesús, por qué y para qué resucitó. Somos peregrinos de esperanza dijo el papa Francisco, y ahora, nuestro papa León XIV, nos dijo nuevamente 'el amor y la misión' serán el centro de su pontificado y todos los papas nos hablan del amor, porque no podemos ser cristianos sin poner en el centro la caridad". 

"Dios es amor y todos los que creemos en Él tenemos que vivir en ese amor. Desde esta pascua que estamos viviendo, si no ponemos en el centro del corazón esta búsqueda de intimidad con el Señor, en esta oración, es imposible querer lo que Dios quiere y rechazar lo que Dios rechaza", continuó.

Y destacó: "Entonces, me pregunto en voz alta ¿Vivo yo mi fe con la consciencia de que soy discípulo de Cristo? ¿Quiero ser discípulo de Cristo? Ser discípulo de Cristo es el que sigue al maestro, al que escucha y está atento a su palabra, el que va tras los pasos del que le va marcando el camino. Ser discípulo es muy distinto a ser simplemente bautizado y es muy distinto a ser simplemente creyente".

"Por eso -agregó- hoy el Señor nos invita y nos pone a prueba para ver si somos discípulos y nos pone a prueba para ver si somos discípulos o somos creyentes; y en qué se nota el discípulo y en qué se diferencia del creyente, es este mandamiento nuevo que nos propone el Señor, que es 'ámense como yo los he amado'. Entonces si yo no miro a Jesús es muy difícil que ame como Él nos ama". 

El obispo de Neuquén concluyó: "Tiene tres características este amor que hoy nos propone el Señor: una es que el amor de Jesús es universal, no se cierra a nadie, no discrimina. La segunda característica es que es un amor que tiene siempre puesto el centro en el otro, no uno, como la parábola del buen samaritano, y la tercera es que ese amor es gratuito, generoso, que no vive las consecuencias y que va más allá de lo razonable. Pidamos al Señor que nos ayude a amar como Él nos ama".+