Lunes 29 de abril de 2024

Fervoroso cierre de las fiestas en honor de la Virgen del Valle

  • 15 de abril, 2024
  • San Fernando del Valle de Catamarca (AICA)
A 133 años de la coronación pontificia de la imagen, el obispo de Catamarca le pidió a María "que ningún argentino se suelte de tu mano" y que las autoridades busquen "el bien de todos".
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El obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, presidió este 14 de abril, tercer domingo de Pascua y Domingo del Compartir, la misa solemne con motivo de las festividades de la Virgen del Valle.

La Eucaristía fue concelebrada por sacerdotes del clero local, entre los que estuvo el vicario general, padre Julio Murúa, y el rector del santuario y catedral basílica, padre Gustavo Flores, así como otros presbíteros peregrinos que llegaron para honrar a la Madre Morena.

Participó además de la ceremonia litúrgica el secretario de Culto de la Nación, Francisco Sánchez, quien también estuvo presente en la solemne procesión que se realizó por la tarde.

“Agradecemos a Dios el don precioso que nos dejó hace más de 400 años en esta imagen de la Pura y Limpia Concepción, para que millones de personas hayan podido cultivar la devoción a la Virgen María y, con Ella, amar y servir a Dios”, expresó monseñor Urbanc al inicio de su homilía, en la que también hizo referencia al 133° aniversario de la coronación pontificia de esa venerada imagen.

Más adelante, sostuvo que, “para ver a Cristo, es imprescindible que nos encontremos cada domingo, el día del Señor, en comunidad, escuchando su Palabra y compartiendo su Cuerpo y su Sangre; así, podremos sentir la experiencia del Resucitado en medio de nosotros”.

Y concluyó implorando: “Querida Madre del Valle, ayúdanos a reconocer a Jesús, a esperarlo siempre, y ver los signos de su manifestación; a hacer de nuestras manos unas manos como las de Jesús, siempre abiertas y serviciales; a superar nuestros miedos personales y a ser sus testigos auténticos con nuestra vida”.

Antes de la bendición final, el obispo bendijo una imagen réplica de la Virgen del Valle, la cual va a ser obsequiada al Presidente de la Nación, Javier Milei, con un manto alusivo, y que fue entregada al secretario de Culto.

Monseñor Urbanc explicó el sentido de ese regalo, que fue iniciativa de “un grupo de mujeres que bordan estos mantos dedicándose horas a esta tarea, personas que donan materiales como la tela, los adornos y piedritas, la corona hecha por un señor acá, en Catamarca. Ellos han tenido la intuición, han sentido en su interior, ante las dificultades que vive nuestra Patria, hacer esta imagen réplica, para donársela al señor Presidente de la Nación”.

“El señor Francisco Sánchez, secretario de Culto, se la va a llevar en nombre del pueblo de Catamarca, y rezaremos para que, encomendándose a Ella, el presidente pueda tomar las decisiones que tanta falta hacen para nuestra Patria; que podamos superar los problemas, todas estas dificultades en las que vivimos, tantas inequidades”.

La ceremonia concluyó con un canto interpretado por el Coro Cantus Nova, entre vivas y aplausos a la Reina y Señora del Valle.

Procesión solemne
Por la tarde, miles de devotos y peregrinos participaron con fervor y emoción de la procesión solemne que marcó el cierre del septenario por los 133 años de la coronación pontificia de la imagen de la Virgen del Valle.

Los actos comenzaron con la llegada de la imagen cuatro veces centenaria de la Inmaculada del Valle a la plaza El Maestro, en brazos del obispo de Catamarca, para presidir esta fiesta que, cada año, se repite con fuerzas renovadas. En este punto, ya se encontraban ubicadas las imágenes del beato Mamerto Esquiú y de san Nicolás de Bari, patrono de La Rioja, que llegaron para acompañar esta manifestación de amor a la Madre de Jesús en su advocación del Valle.

Inmediatamente, comenzó la marcha de las 60 delegaciones de peregrinos, instituciones civiles y eclesiales registradas para pasar delante de la imagen de la Virgen. Portando banderas, carteles, pañuelos e imágenes de la patrona de los catamarqueños, le brindaron emocionadas expresiones de amor y fe.

Luego del paso de la columna de peregrinos, se inició el desplazamiento de la imagen de la Virgen, precedida por las imágenes de san Nicolás y del beato Esquiú. Delante, se ubicaron las religiosas y religiosos, seminaristas, sacerdotes y el obispo, y detrás las autoridades civiles: el secretario de Culto de la Nación, Francisco Sánchez; el gobernador de la provincia, Raúl Jalil; y el intendente local, Gustavo Saadi, además de autoridades legislativas provinciales y nacionales, de las Fuerzas de Seguridad, entre otras instituciones, peregrinos y fieles en general.

En el trayecto, se rezaron los misterios del santo Rosario, intercalando textos bíblicos, partes de la Carta Pastoral Diocesana sobre la oración, plegarias y alegres canciones.

Seguidamente, monseñor Urbanc pronunció su mensaje final. Dirigiéndose a la Virgen, le expresó su gratitud “por no cansarte de ser nuestra Madre celestial, nuestra compañera de viaje, nuestro pañuelo de lágrimas, nuestra más íntima confidente, ya que sólo Tú, después de Dios, sabes de nuestros pesares, debilidades y pecados”.

A continuación, se entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino y del Himno a Catamarca, interpretados por la Banda de Música de la Policía de la Provincia, tras lo cual se realizó la ceremonia de arriamiento de la bandera nacional ubicada en la plaza 25 de Mayo.

Luego, se impartió la bendición con indulgencia plenaria para quienes habían recibido los sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía. Entre vivas y cantos, pañuelos y banderas flameando, y lágrimas de emoción, la sagrada imagen fue llevada hasta su camarín desde donde recibe el cariño permanente de sus hijos.

Manto de la imagen réplica
En el lateral derecho del manto está bordado el candelabro de Jánuca, uno de los elementos que estaba en el templo de Jerusalén, signo de luz, alegría y fiesta. Cristo se presenta como Luz del mundo, que viene a iluminar las decisiones de los hombres.

En los Mandamientos está reflejado el camino a seguir para mantenerse en el bien y la verdad. Jesús resume estos mandamientos en dos: amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo. 

En el lateral izquierdo están representados San Rafael Arcángel, Tobías y un perro. En la imagen, el Arcángel le indica el  camino a Tobías, que se deja acompañar y consigue la medicina para curar la ceguera de su padre. De nuevo, la idea de la Luz que ilumina y guía: Dios guía a través de sus ángeles.

En la parte de atrás, en el manto, se bordó a Jesús de la Divina Misericordia: mano que bendice, corazón que perdona y su presencia en la Eucaristía.

En el vestido, se bordó el encuentro del Presidente con el Papa Francisco, para recordarle al mandatario que el pontífice está orando por él, un hermano y compatriota, para llevar a la Nación a la dignidad que merece.

Los escudos de cada una de las provincias colocados en el manto y la corona fueron hechas por el orfebre Carlos David Correa, y representan a todas las provincias de la Nación.

Los cristales, piedras, hilos dorados, telas, galón y demás materiales fueron donados por fieles y devotos de la Virgen del Valle.

La peana o pedestal de la imagen réplica fue hecha por el carpintero Luis Antonio Castro.

El diseño e idea fue de tres sacerdotes: el padre Juan Sebastián Vallejo Agostini, de Buenos Aires; el padre Oscar Bourlot, de Gualeguaychu; y el padre Mario Gustavo Molas, de Catamarca.

La Imagen réplica fue donada por el comisario Santiago Limón.

El trabajo fue confeccionado en el Taller de María, creado por Graciela de Carrizo, con la participación de las colaboradoras Estela Rodríguez, Laura Soria, Irene Pereyra y Mónica Aragón.+