Domingo 18 de mayo de 2025

Obispos africanos y europeos: 'África no necesita caridad sino justicia'

  • 16 de mayo, 2025
  • Bruselas (Parlamento Europeo) (AICA)
Declaración conjunta de la SECAM y de la Comece en la que expresan su preocupación por "un cambio profundo en las prioridades europeas".
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En vísperas de la reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea del 21 de mayo, el Simposio de Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM) y la Comisión de Conferencias Episcopales de la Unión Europea (Comece) emitieron una declaración conjunta en la que expresaban su preocupación por "un cambio profundo en las prioridades europeas".

Hace media década, el SECAM y la Comece subrayaron que estaban "firmemente convencidos" de que Europa y África tenían el potencial de revitalizar la "cooperación multilateral reforzando sus vínculos de larga data marcados por nuestras raíces comunes y proximidad geográfica".

Sin embargo, en su declaración emitida el 15 de mayo, las dos conferencias episcopales destacan su preocupación por el hecho de que la atención se desplazó "de la solidaridad con las regiones y comunidades más frágiles" hacia "un conjunto más estrictamente definido de intereses geopolíticos y económicos".

¿A qué costo?
Las prioridades parecen haber cambiado a los "patrones del pasado": un regreso a anteponer los objetivos corporativos y estratégicos europeos a las necesidades y aspiraciones reales de los africanos. Esto significa que los cimientos básicos de la vida -la tierra, el agua, las semillas y los minerales- se convirtieron nuevamente en mercancías para el lucro extranjero.

Por lo tanto, se está obligando al continente africano a poner en riesgo sus ecosistemas y comunidades para apoyar los objetivos de descarbonización de Europa mediante acuerdos territoriales que se presentan como parte de proyectos de energía "verde" o que trasladan la carga de los insumos tóxicos y los residuos de la agricultura industrial a otras regiones. 

La declaración de SECAM y Comece enfatiza que esta situación actual "no es una alianza. No es justicia".

Recordando la encíclica Laudato si' del papa Francisco, las conferencias episcopales recuerdan el clamor de la tierra y el clamor de los pobres, que se oyen fuertes y claros en toda África. Señalan la injusticia que enfrentan los países africanos como resultado del desequilibrio en su relación con Europa.

Los organismos eclesiales destacan los efectos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la degradación del suelo y cómo el hambre está creciendo en el continente africano, no "porque nos falta comida, sino porque hemos permitido que dominen sistemas que priorizan las ganancias sobre las personas".

Un llamado al cambio
Las dos conferencias instan a los ministros de Asuntos Exteriores de la UE, que se reunirán el 21 de mayo en Bruselas, a situar la dignidad de los pueblos africanos en el centro de la colaboración entre la Unión Africana (UA) y la Unión Europea (UE). Destacan la necesidad de proteger y promover los sistemas de semillas gestionados por los agricultores, que son la clave de la soberanía alimentaria.

Para concluir, la declaración de la Comece y el SECAM hace un llamado a la acción con ejemplos concretos de cómo pasar de lo abstracto a lo concreto. Abogan por la prohibición inmediata de la exportación y el uso de plaguicidas altamente peligrosos en África. Señalan la injusticia de que se sigan fabricando y vendiendo productos químicos prohibidos en Europa a los agricultores africanos. "Esta doble moral debe terminar".

La declaración ofrece numerosas sugerencias sobre cómo cuidar y respetar mejor el continente africano y su ecosistema. Sin embargo, enfatiza que "África no necesita caridad", sino justicia y "una alianza basada en el respeto mutuo, la gestión ambiental y la importancia central de la dignidad humana".

Para lograrlo, la Comece y el SECAM piden a los ministros de la UA y la UE que "estén a la altura de las circunstancias" y escuchen con más atención a la sociedad civil africana, los pueblos indígenas y las comunidades religiosas "no como participantes simbólicos, sino como cocreadores iguales de políticas".+