Lunes 29 de abril de 2024

Aniversario de la coronación pontificia de la Virgen de la Merced de los Maitines

  • 10 de noviembre, 2023
  • Córdoba (AICA)
La celebración se llevó a cabo en la basílica cordobesa dedicada a esa advocación mariana, durante la cual la Virgen fue declarada patrona y protectora de la libertad y la vida amenazada.
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La Orden Real y Militar de Nuestra Señora de la Merced y la Redención de los Cautivos, conocida como Orden de la Merced, celebró el martes 7 de noviembre -en el atrio y la explanada de la basílica de Córdoba dedicada a esa advocación mariana- el segundo aniversario de la coronación pontificia de Nuestra Señora de la Merced de los Maitines. 

A lo largo de esa jornada, hubo diversas celebraciones eucarísticas, rezos del rosario y una constante participación de los fieles, quienes se congregaron para orar frente a la histórica y emblemática imagen.

En el año 2021, luego de un extenso tiempo de preparación que se prolongó por la pandemia, y una vez concluidas las tareas de restauración y puesta en valor de la imagen de la advocación, se realizó la mencionada coronación.

El decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos expresa: "Se concede la Coronación, en nombre y con la autoridad del Sumo Pontífice, de la mencionada imagen de la Bienaventurada Virgen María", esperando que «contribuya a extender aún más la devoción a la Madre de Dios y suscite entre los fieles un verdadero anhelo de santidad».

“Para la Merced en Argentina, este es un hecho muy significativo que conduce a reafirmar el ardor misionero redentor, abrazando la identidad carismática y el trascendente paso histórico por nuestro Pueblo”, señalaron desde la Orden.

Durante la ceremonia, la arquidiócesis de Córdoba declaró a Nuestra Señora de la Merced de los Maitines patrona y protectora de la libertad y la vida amenazada. 

En septiembre de este año, al crearse la Vicaría para los Pobres, la nombró patrona de ese nuevo espacio eclesial. 

Historia e identidad de la imagen coronada
La prodigiosa imagen que recibió la coronación pontificia data de fines del siglo XVIII y es venerada por innumerables fieles en el Coro de la Basílica de la Merced.

Esta significativa representación de Ntra. Sra. de la Merced de los Maitines está tradicionalmente vinculada a la itinerancia misionera, pues en sus orígenes acompañó a los misioneros mercedarios, montada en una mula para mendigar la limosna destinada a los cautivos, visitando familias, campos, pueblos y parajes del interior de Córdoba (siguiendo una antigua tradición nacida en el Alto Perú). Presidió luego el Coro de los frailes, acompañando la redención de los cautivos hecha plegaria, de lo cual le viene el nombre de la Virgen de la Merced de los Maitines, que es la oración del alba.

La expresión de sus labios expresan el canto profético del Magníficat y su cuerpo de mujer, tallado a golpe de hacha y cincel, esta en actitud sedente (es decir, sentada) y lleva los pies descalzos. La identidad misionera de esta venerada imagen nos invita a revitalizar nuestra raíz creyente mediante el primer anuncio proclamado sinodalmente: el de la necesidad de ser una Iglesia pobre y para los pobres; un “hospital de campaña” que busca a los caídos del camino para ofrecerles los primeros auxilios, que se hace cargo de ellos y ora sin desfallecer.

Doce estrellas, doce rostros
La corona de la Nuestra Señora de la Merced de los Maitines está formada por 12 estrellas, que representan los rostros de muchas personas. 

“Son los rostros que nos interpelan cotidianamente y nos motivan, desde el carisma mercedario, a dar respuestas creativas y eficientes para ayudar a nuestros hermanos que ven amenazada su libertad y vulnerados sus derechos”, explicaron desde la Orden.

  • Niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad y riesgo social.
  • Mujeres y niños víctimas de abuso y violencia.
  • Víctimas de trata y tráfico de personas.
  • Mujeres en situación de prostitución.
  • Pueblos originarios que ven avasallados sus derechos.
  • Personas en situación de calle que son invisibilizadas y descartadas.
  • Jóvenes y adultos excluidos de la cultura del trabajo.
  • Liberados, reclusos y sus familias (Pastoral Carcelaria).
  • Migrantes y refugiados cuyos derechos humanos estén en riesgo.
  • Personas cautivas por diferentes adicciones.
  • Hombres, mujeres y niños con el corazón destrozado por la pobreza, el hambre, la soledad y la exclusión.
  • Los que padecen por el deterioro medio-ambiental y la falta de cuidado del planeta tierra.