En la solemnidad de la Asunción, el Papa aseguró que ese "sí" a Dios continúa dando fruto en la vida de los cristianos, especialmente en los mártires, testigos de la fe y constructores de paz.
Al rezar el Ángelus desde la Plaza de la Libertad, en Castel Gandolfo, el pontífice recordó que "la meta es Dios, Amor infinito y eterno, plenitud de vida, paz, alegría y todo bien".
"Nos sentimos impotentes ante la creciente violencia en el mundo, cada vez más sorda e insensible a cualquier impulso de humanidad", expresó el pontífice en su reflexión tras el rezo del Ángelus.
Los problemas deben resolverse mediante el diálogo, no con la guerra, declaró el pontífice a su llegada a Castel Gandolfo donde permanecerá hasta el martes 19.