León XIV condenó la usura como "un pecado grave" y pidió un compromiso renovado con la justicia y la misericordia, como un signo de esperanza en el Año Jubilar.
En la caridad cristiana, no hay división entre benefactores y beneficiarios, observó el pontífice durante una audiencia con la institución italiana Obra de San Francisco para los Pobres.
"Los pobres tienen un lugar privilegiado en el Magisterio del Santo Padre, que eligió el nombre de Francisco para no olvidarlos nunca", informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
El Papa anima a sus miembros a utilizar los recursos económicos en "beneficio de los demás", y les recuerda que el dinero debe usarse para el bien y que invertir en armas "es una locura".