El arzobispo de Mendoza, celebró la Eucaristía en la parroquia Nuestra Señora de Lourdes, donde reflexionó sobre el Evangelio dominical donde Jesús envía a sus discípulos en misión.
En la solemnidad de San Pedro y San Pablo, el arzobispo invitó a pedir que "esta Iglesia sea la Iglesia de la libertad y del amor, de la generosidad solidaria y de la entrega a todos los hombres".
Lo hicieron la Pastoral Social y la Pastoral de la Calle ante "el grito" de quienes están en esta condición. Solicitan redirigir los recursos estatales para darles dignidad y promoción humana.
"No somos espectadores; somos protagonistas de una relación de amor, en la que Jesús nos expresa su entrega haciéndose pan y vino para la vida del mundo", recordó el arzobispo de Mendoza.