Los religiosos encarcelados por el régimen de Daniel Ortega, además de privados de la libertad, estaban sin acceso a la Biblia y sometidos a "torturas y tratos degradantes".
El premio es entregado anualmente a individuos o instituciones que hayan realizado aportes valiosos en la defensa de la democracia, los derechos humanos y la libertad.
Se trataba de una de las pocas emisoras católicas que quedaban en el país tras la ofensiva contra la Iglesia emprendida por el régimen de ese país centroamericano.
El régimen de Daniel Ortega promueve actividades paganas y ruidosas, en forma paralela a las misas, para incomodar a los feligreses.