El Papa aseguró que "Dios nos ama y basta, nos ama porque somos hijos, y lo hace con un amor incondicional y gratuito", a pesar de "nuestras prestaciones y de nuestros fallos".
En su alocución previa al Ángelus dominical, el Papa se refirió a la corrección fraterna y sugirió: "Cuando un hermano en la fe comete una falta contra ti, tú, sin rencor, ayúdalo corrigiéndolo".
"Jesús no quiere ser un protagonista de la historia, sino de tu presente; no un profeta lejano, sino el Dios cercano", recordó el pontífice durante su reflexión antes de la oración mariana.
El Pontífice pidió "invocar y acoger a Jesús" en todo momento, sobre todo cuando "nos encontramos en alta mar y a merced de los vientos contrarios, cuando vemos oscuridad y nos sentimos perdidos".