Martes 12 de noviembre de 2024

Francisco en el Ángelus: 'En la Iglesia se puede ser pecador, pero no un corrupto'

  • 1 de octubre, 2023
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
El Papa explica la diferencia entre pecador y corrupto y asegura que para el pecador "hay siempre esperanza de redención", mientras que, para el corrupto, en cambio, "es mucho más difícil".
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Durante el rezo del Ángelus desde el balcón pontificio, el Papa Franciso comentó el evangelio donde San Mateo presenta la parábola de los dos hijos. “Hoy el Evangelio habla de dos hijos, a los que el padre pide ir a trabajar en la viña. El primero responde inmediatamente 'sí', pero luego no va. El segundo, en cambio, al inicio se opone, pero luego lo piensa bien y va”, explicó.

El pontífice señaló que el problema no está aquí tan ligado a la resistencia a ir a trabajar en la viña, “sino en la sinceridad o menos frente al padre y frente a uno mismo”. De hecho, continúó el Papa, “aunque ninguno de los dos hijos se porta de manera impecable, el primero miente, mientras que el segundo se equivoca, pero permanece sincero”. 

Francisco invitó a mirar al primer hijo, aquel que dice “sí”, pero luego no va. “Él no quiere hacer la voluntad del padre, pero tampoco quiere ponerse a discutir y hablar. Así se esconde detrás de un 'sí', detrás de un falso ascenso, que esconde su pereza y por el momento le salva la cara”, advirtió, y agregó: “Se escabulle sin conflictos, pero engaña y desilusiona a su padre, faltándole el respeto de peor forma de lo que habría hecho un franco 'no'”.

En este punto se paró a reflexionar el Papa, explicando que “el problema de un hombre que se comporta así es que no es solo un pecador, sino también un corrupto, porque miente sin problemas para cubrir y camuflar su desobediencia, sin aceptar algún dialogo, o enfrentamiento honesto”. 

El segundo hijo, en cambio, “es sincero” – planteó el Papa – “no es perfecto pero sincero”. Aunque nos hubiera gustado verlo decir “sí” inmediatamente, al menos  “manifiesta de manera franca y en un cierto sentido valiente su reticencia. Se asume, por lo tanto, la responsabilidad de su comportamiento y actúa bajo la luz del sol. Luego, con esta honestidad de base, termina poniéndose en discusión, llegando a entender que se ha equivocado y regresando por sus pasos”.

“Es, podremos decir, un pecador, pero no un corrupto” subrayó.

Francisco aseguró que para el pecador “hay siempre esperanza de redención”, mientras que, para el corrupto, en cambio, “es mucho más difícil”.

“De hecho sus falsos 'sí', aparentemente elegantes pero hipócritas y sus ficciones convertidas en hábito son como un grueso 'muro de goma', detrás del cual se resguarda de la voz de la conciencia”, añadió.

Las preguntas que el Papa aconseja hacerse
Tras presentar el Evangelio del día, el Santo Padre invitó a “mirarse a uno mismo” y preguntarse: “¿Frente al cansancio de vivir una vida honesta y generosa, de comprometerme según la voluntad del Padre, estoy dispuesto a decir “sí” cada día, aunque cueste?” Y cuando no lo conseguimos, “¿Soy sincero en el enfrentarme con Dios sobre mis dificultades, mis caídas, mis fragilidades? ¿Cuándo me equivoco, estoy dispuesto a arrepentirme y a regresar sobre mis pasos? ¿O hago como si nada y vivo llevando una máscara, preocupándome solo en aparecer como bueno y correcto? En definitiva, soy un pecador, como todos, ¿O hay en mí algo de corrupto?+