"Ofrecer cercanía y consuelo, como una luz siempre encendida en medio de tanta oscuridad", así definió la vocación sacerdotal el Santo Padre en su encuentro con el clero en la catedral de Kinshasa.
La Comisión de Justicia y Paz de la arquidiócesis de Bukavu denunció el uso de violaciones y demás abusos como arma de guerra por parte de los grupos armados que asolan el este del país.
Las autoridades del país pusieron en marcha, además, otros planes para la gran recepción del pontífice.
Francisco se reunió con jóvenes y catequistas de toda la República Democrática del Congo y los instó a no desanimarse nunca en su lucha por resistir la corrupción.