Viernes 9 de mayo de 2025

El nuevo Papa retoma la herencia social de León XIII para los desafíos actuales

  • 9 de mayo, 2025
  • Buenos Aires (AICA)
Con la elección de su nombre, León XIV rinde homenaje a la encíclica Rerum Novarum, abriendo una reflexión sobre el trabajo y la dignidad humana en la era de la inteligencia artificial.
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El nuevo pontífice eligió llamarse León XIV, un gesto cargado de significado histórico y social, según explicó Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

En declaraciones a los periodistas, Bruni destacó que el nombre es "una clara referencia" a la Doctrina Social de la Iglesia, inaugurada con la encíclica Rerum Novarum, promulgada en 1891 por el papa León XIII.

"También es claramente una referencia, y no por casualidad, a los hombres, a las mujeres, a su trabajo y a los trabajadores en la era de la inteligencia artificial", añadió Bruni, subrayando la conexión entre los desafíos contemporáneos y las raíces del pensamiento social católico.

La elección del nombre León XIV evoca directamente la figura de León XIII (1878-1903), cuya encíclica Rerum Novarum marcó un antes y un después en la historia de la Iglesia al abordar por primera vez de forma sistemática la cuestión obrera. El documento no solo denunció las condiciones injustas de los trabajadores, sino que sentó las bases de una doctrina social que ha sido desarrollada por los sucesivos Papas a lo largo del siglo XX y XXI.

Desde Quadragesimo Anno de Pío XI (1931), que introdujo el principio de subsidiariedad, hasta Centesimus Annus de Juan Pablo II (1991), que celebró el centenario de Rerum Novarum, la Iglesia mantuvo una voz activa en el análisis de las condiciones sociales y económicas del mundo.

Documentos como Populorum Progressio de Pablo VI o Laborem Exercens y Sollicitudo rei socialis de Juan Pablo II ampliaron el enfoque al desarrollo humano integral y a los nuevos desequilibrios globales.

Con la elección de su nombre, León XIV parece querer inscribir su pontificado en esa misma línea de compromiso con la dignidad del trabajo y la justicia social, en un mundo transformado por la globalización, la tecnología y los retos éticos que plantea la inteligencia artificial. En este contexto, la referencia a la encíclica de 1891 no es solo simbólica, sino programática.

El nombre elegido envía un mensaje claro: la Iglesia no pretende solo custodiar el pasado, sino también ofrecer respuestas éticas y espirituales a los problemas más urgentes del presente y del futuro.

La doctrina social, nacida con la mirada atenta de León XIII sobre los obreros del siglo XIX, podría encontrar en León XIV una nueva etapa frente a los trabajadores del siglo XXI.+