Episcopado: preocupa 'la despenalización de hecho' de la venta y consumo de drogas
- 14 de junio, 2025
- Buenos Aires (AICA)
La Pastoral de Adicciones y Drogadependencia y la Pastoral Social también advierten que el narcotráfico "no para de crecer" y llaman a ser signos de esperanza frente a "la cultura de la muerte".

En el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, fijado para el 26 de junio, la Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia expresa su preocupación por "el gran crecimiento" del narcotráfico y "la despenalización de hecho" de la venta y consumo de drogas en el país.
El mensaje se titula "Seamos signo de esperanza frente a la cultura de la muerte y el narcotráfico que no para de crecer" y también lleva las firmas de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y la Conferencia Episcopal Argentina (CEA).
"Frente a un Estado que se va retirando de nuestros espacios más pobres, como Iglesia y junto a otras organizaciones de base, no damos abasto con la demanda de ayuda", advierte.
Los organismos episcopales invitan al Estado en todas sus instancias a "valorar, cuidar y sostener con salarios adecuados el trabajo y los esfuerzos de tantas personas que entregan sus vidas por aquellos que se sienten descartados".
Texto del mensaje
En el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas que se celebra cada 26 de junio, la Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia quiere expresar su preocupación por el gran crecimiento del narcotráfico y "la despenalización de hecho" de la venta y consumo de drogas a lo largo de todo nuestro país.
Los obispos latinoamericanos reunidos en Aparecida en el año 2007 expresaban: "El problema de la droga es como una mancha de aceite que invade todo. No reconoce fronteras ni geográficas ni humanas. Ataca por igual a países ricos y pobres, a niños, jóvenes, adultos y ancianos, a hombres y mujeres. La Iglesia no puede permanecer indiferente ante este flagelo que está destruyendo a la humanidad, especialmente a las nuevas generaciones" (DA n° 422).
En las ciudades y pueblos de nuestro país, particularmente en las periferias y barriadas pobres, vemos que el narcotráfico va ocupando espacios sigilosamente y no se detiene. Da "trabajo" a las personas y mientras que los barrios parecen tranquilos, se van desintegrando las familias y el narcotráfico extiende su vil campo de acción. Son nuestros adolescentes y jóvenes los que van entrando tanto en el consumo de drogas como en la cadena de compra-venta de sustancias.
La presencia de las Iglesias con su trabajo en los campos de prevención, acompañamiento y recuperación es clave para llegar antes que se ofrezca una vida ligada al narcotráfico, y también para levantar a los caídos, abrazar sus vidas así como vienen e intentar nuevos caminos en los que se reencuentren con ellos mismos, sus capacidades y sus entornos psico-socio afectivos.
Frente a un Estado que se va retirando de nuestros espacios más pobres, como Iglesia y junto a otras organizaciones de base, no damos abasto con la demanda de ayuda. Nos encontramos, por ejemplo, con escuelas que están atravesadas por el consumo; las fuerzas de seguridad ayudan, pero a veces no alcanza con su presencia actual; los transas balean nuestros lugares supuestamente seguros; los vecinos se organizan pero hay armas de por medio. En este escenario no hay paz. Al mismo tiempo, los grandes hospitales públicos, dadas las deficiencias presupuestarias, se están convirtiendo en salas de atención primaria de la salud.
Nuestra Iglesia en este año jubilar continúa dando pasos para enfrentar el dolor del consumo de drogas y para ser signo de esperanza concreta. Invitamos a todas las diócesis argentinas a que fortalezcan las instancias preventivas del consumo, como también a que sueñen y activen, según sus posibilidades, espacios de atención para aquellas personas que padecen este flagelo. Y al Estado en todas sus instancias lo invitamos a valorar, cuidar y sostener con salarios adecuados el trabajo y los esfuerzos de tantas personas que entregan sus vidas por aquellos que se sienten descartados.
El Papa Francisco en su catequesis del 26 de junio del 2024 nos invitaba a no ser indiferentes y nos recordaba: "El Señor Jesús se ha detenido, se ha acercado, ha curado las llagas. Siguiendo el estilo de su proximidad, también nosotros estamos llamados a actuar, a detenernos ante las situaciones de fragilidad y dolor, a saber escuchar el grito de la soledad y la angustia, a inclinarnos para levantar y traer de vuelta a una vida nueva a quienes caen en la esclavitud de la droga".
Que la joven santidad del Beato Ceferino Namuncurá, patrono de la Pastoral de Adicciones, nos siga inspirando en nuestro trabajo como equipo para que seamos signos de esperanza en la misión que Dios nos confía.
Más información, en www.episcopado.org y redes sociales.+