Sábado 12 de octubre de 2024

Inauguraron en Rosario una muestra sobre la beatificada familia Ulma

  • 18 de septiembre, 2023
  • Rosario (Santa Fe) (AICA)
En un acto que tuvo destacados oradores de la Argentina y de Polonia, se inauguró, en la sede de la UCA de Rosario una exposición fotográfica sobre la familia Ulma, beatificada el 10 de septiembre.
Doná a AICA.org

En la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales del Rosario, de la Universidad Católica Argentina (UCA), se inauguró el 14 de septiembre una exposición fotográfica sobre la familia Ulma de la localidad polaca de Markowa, beatificada el 10 de septiembre. El acto fue muy emotivo y concurrido, y hubo oradores de la Argentina y de Polonia.

La familia Ulma, compuesta por el matrimonio de Józef y Wiktoria y sus siete hijos (uno de ellos en la última etapa de gestación), fue masacrada por los nazis alemanes por haber acogido en su hogar a ocho vecinos judíos durante la ocupación alemana a Polonia.

Como anfitrión, el decano, doctor Luis María Caterina, agradeció especialmente la presencia del arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Eliseo Martín. Luego, expresó que la embajadora de Polonia, el presidente y los miembros del Instituto de Memoria Nacional (IPN) de ese país “siempre son y serán bienvenidos en esta casa, pues representan a un pueblo que ha sido ejemplo de resurrección y vida; a pesar de particiones, invasiones, masacres y traiciones”.

También destacó que “para el mundo de la academia, el ejemplo de estos campesinos que supieron dar el más pleno y absoluto sentido a ese derecho natural a la vida de todos los semejantes, por encima de raza o religión, es la confirmación de lo que aprendemos, enseñamos e investigamos” en la Facultad de Derecho perteneciente a la Pontificia Universidad Católica Argentina.

Seguidamente, el arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Martín, afirmó que la familia Ulma ya se encuentra junto a los santos y beatos de la Iglesia en el cielo. "Esas almas justas que nos han precedido son incontables y pueden interceder por nosotros, pues forman parte de la Iglesia", expresó.

La familia Ulma es un ejemplo del más alto valor al que aspiramos los cristianos. Además, aseguró que la beatificación de una familia completa reafirma el valor de la vida desde la concepción hasta la muerte natural. “La familia Ulma es un honor y un orgullo para Polonia”, finalizó.

A continuación, la embajadora de Polonia en la Argentina, Paraguay y Uruguay, Aleksandra Piatkowska, destacó las tareas que desarrolla el Instituto de Memoria Nacional (IPN) en relación con la preservación de la memoria de la historia de Polonia y de las historias de los polacos. Señaló que durante los 44 años del régimen comunista en Polonia, desde la Segunda Guerra Mundial hasta el año 1989, “fue prohibido decir la verdad sobre muchísimas tragedias de nuestra nación, el genocidio que sufrieron los polacos de las manos soviéticas” y que “fueron silenciados tantos hechos heroicos” de los polacos en su lucha por la libertad dePolonia y de otras naciones amenazadas por los totalitarismos.

Afirmó que “el heroísmo de los polacos que salvaban a los judíos fue realmente formidable y que  –a pesar de la amenaza a la vida propia y la de sus seres queridos– los polacos ayudaban y salvaban a los judíos”, siendo la nación con más “Justos entre las Naciones” reconocidos por el Instituto Yad Vashem de Israel. Para finalizar, subrayó que “la muestra que podremos apreciar es de enorme importancia: en la dimensión humana universal, en el sentido de la identidad polaca y también para las relaciones entre los judíos y los polacos”.

En su presentación, el presidente del Instituto de Memoria Nacional (IPN) de Polonia, doctor Karol Nawrocki, explicó que hasta finales del siglo XVIII –cuando perdió su independencia y desapareció del mapa– Polonia fue el país que acogía a refugiados de otras partes del mundo.

“A partir del siglo XIII, se asentaron en Polonia representantes del pueblo judío. Samuel Adalberg, un historiador polaco del siglo  XIX,  de origen judío, llegó a calificar a nuestro país de ‘paraíso para los judíos’”, quienes llegaron a representar hasta el 10% de la población de Polonia, puntualizó, y agregó: “Fue por esta razón, entre otras, que los alemanes, dirigidos por Hitler, decidieron  llevar a cabo el plan del exterminio total de los judíos europeos precisamente en el territorio de la Polonia ocupada”.

“El matrimonio de Wiktoria y Józef Ulma, junto con sus seis hijos y un séptimo aún por nacer, arriesgando la vida de todos, acogieron en su pequeña casa a ocho judíos de las familias Goldman, Grünfeld y Didner. Los Ulma, deseando salvar la vida de otras personas, perdieron su propia vida. Los gendarmes alemanes asesinaron de manera bestial a diecisiete personas, entre ellas ocho niños. Los Ulma fueron asesinados solo por el hecho de ser polacos que se habían atrevido a prestar ayuda a sus conciudadanos judíos”, sostuvo.

También resaltó que “los historiadores estiman en 100 mil el número de polacos que ayudaron a sus vecinos judíos” y algunos de ellos consideran una cifra mayor. Por otra parte, indicó, “hasta hoy no se rindieron cuentas de los crímenes alemanes de la Segunda Guerra Mundial” durante la cual “el Reich alemán asesinó a casi seis millones de ciudadanos polacos, entre ellos unos tres millones de origen judío”. Además, fueron asesinados tres millones de judíos procedentes de otros países. “Solo el 10 % de los criminales de Auschwitz fueron juzgados”, precisó.

El doctor Nawrocki enfatizó que “el Estado alemán rechaza la obligación de pagar reparaciones de guerra a Polonia, a pesar de su reciente decisión de indemnizar a Namibia por el asesinato de decenas de miles de sus habitantes a principios del s. XX”.

El doctor Eduardo Sodero, profesor de Filosofía del Derecho, reflexionó sobre la “coexistencia del bien y del mal”, a partir de las consideraciones de san Juan Pablo II en “Memoria e Identidad” (2005), señalando que “los Ulma encarnaron plenamente esto: el bien que vence al mal, la luz que brilla en las tinieblas”.

“Con su heroico testimonio de vida –dijo–, los Ulma nos dieron a conocer que esa persecución no les era ajena, no era entendida ni sentida como algo que les pasaba a los otros”. En un tiempo donde pareciera imponerse el desprecio por la vida y la dignidad humana en general, “resulta imperioso, urgente, recuperar el valor de ese bien humano básico” de la vida, que debe ser protegido. Eso implica, como era claro para los Ulma, salvar cada vida, desde la concepción hasta la muerte natural.

“Las familias cobijadas eran compatriotas de Wiktoria, Józef y sus niños, que al compartir su suerte hicieron carne el ‘amor más grande’, que es el de dar la vida por los amigos; ayudando a sus hermanos polacos judíos, con los cuales formaban la patria, elloscustodiaron el alma de la patria, como lo había hecho el pueblo polaco al luchar en desventaja contra los invasores, como lo hizo la resistencia durante toda la ocupación y como lo haría en particular ese mismo año de 1944 el Armia Krajowa al levantarse contra los alemanes en Varsovia”, detalló.

A continuación, los oradores y el público se dirigieron al hall central de la Facultad, donde el doctor Mateusz Szpytma, vicepresidente del Instituto de Memoria Nacional de Polonia, autor de la exposición y descendiente de Wiktoria Ulma, ofreció información ampliada acerca del contenido de los 21 paneles de la muestra. Señaló que el título de la muestra “es universal y hace referencia a una parábola bíblica que anima a ayudar a otra persona, independientemente de su origen étnico, social o religioso”.

Describió las actividades innovadoras que realizaba Józef Ulma, el entorno familiar y social en el cual se desenvolvían junto con su esposa Wiktoria y su familia, las características de Markowa y la afición de Józef a la fotografía, que inmortalizó la vida de la familia Ulma y sus vecinos a través de unas 800 fotografías que se conservan hasta la actualidad.+ (Licenciada María Irene Moszoro, asistente del cónsul honorario de Polonia en Rosario).