Instituto Cristífero: reunión virtual de formación y retiro espiritual
- 1 de agosto, 2025
- Azul (Buenos Aires) (AICA)
Estuvo animada por el hermano marista Horacio Bustos y se trabajaron los temas del perdón y la reconciliación. La predicación estuvo a cargo del sacerdote asesor Carlos Garciarena.

Integrantes del Instituto Secular Cristífero mantuvieron, del 21 al 25 de julio, una reunión virtual de formación y retiro espiritual, mediante la plataforma zoom.
Animadas por el hermano marista Horacio Bustos, se trabajaron los temas del perdón y la reconciliación con la intención, se explicó, de "mirar la vida personal e institucional para reconciliarnos en nuestra verdad y dejar que el Señor transfigure nuestros corazones con su misericordia y perdón".
"Vimos que el acto de perdonar es una decisión voluntaria y consciente que nos libera de sentimientos negativos como resentimiento, rencor, culpa, enojo y dolor; y que la reconciliación es un proceso integral, psicológico, ético y espiritual que incluye la reconciliación con uno mismo, con los demás y con Dios", resumieron los participantes.
En tareas grupales, se escucharon y valoraron las experiencias.
El retiro espiritual fue predicado por el padre Carlos Garciarena, asesor del Instituto, quien ayudó a sus miembros a "mirar estos procesos de perdón y reconciliación, desde la fe y desde la Palabra de Dios".
El Instituto Cristífero es un instituto secular femenino de vida consagrada, actualmente de derecho pontificio, fundado por Beatriz Abadía con el asesoramiento de monseñor Miguel Esteban Hesayne, a quien se lo considera cofundador.
En 1980, el entonces obispo de Azul, monseñor Manuel Marengo, firmó el decreto que autorizó en la diócesis la actuación pública y oficial del Instituto Cristífero. Pero los inicios del instituto, integrado por mujeres laicas, se remonta a 1954 en la ciudad bonaerense de 25 de Mayo por iniciativa de la joven Beatriz Abadía.
El Instituto se denomina cristífero (el que lleva a Cristo) porque en ese nombre se sintetiza el ser y el estilo de vida y de acción de sus integrantes.
De ordinario las cristíferas viven en sus propias casas de familia y ejercen su profesión u oficio en el ámbito de sus respectivas comunidades.
Para responder a la específica vocación de signo evangelizador asumen las exigencias de los consejos evangélicos con los votos de Obediencia como Cristo obediente, de Pobreza como Cristo pobre, y de Castidad como Cristo virgen.+