San Justo: la comunidad diocesana peregrinó a Luján 'con María, de pie y al pie'
- 17 de junio, 2025
- San Justo (Buenos Aires) (AICA)
Miles de fieles peregrinaron al santuario mariano en un gesto de fe y esperanza en medio de la crisis social. Mons. García llamó a no resignarse ante el dolor y a organizar la esperanza.
La comunidad diocesana de San Justo peregrinó una vez más al santuario de Nuestra Señora de Luján. Este año, el lema fue "Con María, de pie y al pie", una consigna que, en palabras del obispo, monseñor Eduardo García, resume la actitud cristiana frente a los tiempos difíciles: una esperanza activa, encarnada, que no baja los brazos.
En el marco del Jubileo de la Esperanza, la peregrinación de este año no fue sólo una expresión de fe personal, sino un acto colectivo, arraigado en la realidad del pueblo.
"Vivimos un tiempo de crisis, exclusión e incertidumbre social. En medio de tanta desesperanza colectiva, venimos a Luján a buscar en María esa fuerza que nos enseña a esperar de pie, como ella lo hizo incluso al pie de la cruz", expresó el prelado.
Desde las primeras horas del día, miles de fieles caminaron hacia la basílica nacional, llevando consigo sus intenciones, sus dolores y sus sueños. Muchos cargaban imágenes, banderas, carteles o simplemente el silencio de un corazón lleno de preguntas.
"Cada peregrino es un grito silencioso de esperanza", remarcó monseñor García, destacando que la fe en María de Luján se mantiene viva, especialmente cuando la realidad parece cerrarse con violencia, hambre e injusticia.
Las heridas del pueblo matancero
Durante su mensaje, el obispo hizo hincapié en las heridas que sufre el pueblo matancero: la inseguridad cotidiana, la exclusión de jóvenes atrapados por la droga, los niños sin recursos, los ancianos olvidados y un sistema que muchas veces da la espalda al sufrimiento.
"Nuestro pueblo se desangra mientras una selfie dice que avanzamos", aseguró y señaló la contradicción entre el relato oficial y la vida real de las comunidades.
Pero frente a esa realidad, el mensaje no fue de resignación, sino de reconstrucción desde la fe y la solidaridad. "La esperanza cristiana no es ingenua. Nace del dolor, pero se convierte en fuerza que sostiene, consuela e impulsa", afirmó.
Invitó a todos los presentes a entrar en "la escuela de la esperanza" que es la vida de María, esa mujer que supo esperar de pie en cada etapa de su historia: en el anuncio, en la huida, en la pobreza, en el exilio, y sobre todo, al pie de la cruz.
"La Virgen sigue haciendo historia. Cada vez que alguien se arrodilla a sus pies, la fe y la identidad se abrazan", señaló monseñor García y describió a Luján como "una especie de Nazaret para nuestro pueblo", donde se gesta y renueva la identidad creyente y argentina.
El mensaje concluyó con una invitación a vivir este Jubileo como un nuevo comienzo, un renacer desde lo pequeño, desde lo cotidiano, y sobre todo, desde la solidaridad.
"Ese fue el gran aprendizaje de la pandemia: comunidades que se organizaron, que se pusieron al hombro el hambre y la enfermedad. Esa es esperanza viva", recordó.+