Los laicos paraguayos, dispuestos al desafío de una espiritualidad misionera

En el 4º Encuentro Nacional de Laicos del Paraguay se reflexionó sobre el protagonismo de los seglares en la Iglesia y en el mundo, y también acerca de la misión en las comunidades.

"Los laicos estamos disponibles a la llamada de ser discípulos misioneros y vivir unidos al Señor, en las cosas más cotidianas, las ocupaciones de cada día, dejándonos guiar siempre por el Espíritu Santo”: con esta reflexión, se daba inicio al 4º Encuentro Nacional de Laicos, organizado por la Coordinación Nacional de Laicos del Paraguay, llevado a cabo los días 2 y 3 de Setiembre en Villarrica, con la participación de seglares provenientes de todas las diócesis del país y con la presencia de monseñor Celestino Ocampo, responsable de la pastoral de los laicos del Episcopado paraguayo, y del administrador diocesano de Villarrica, presbítero Blás Arévalos.

El asesor de la Coordinación Nacional de Laicos, presbítero Nilson Ortellado, y el seglar Valentín Benítez, participaron del Encuentro y guiaron las reflexiones, que giraron en torno a los temas: “Laicos, protagonistas en la iglesia y en el mundo” y “Misión en las comunidades”.

En grupos, utilizando la metodología de la conversación en el espíritu, se dialogó a partir de las siguientes preguntas: ¿Cómo se fortaleció la propia conciencia de bautizados y nuestra participación en la comunidad, en este Año del Laicado?; ¿qué procesos ayudaron a tener mayor conciencia misionera como bautizados dentro de nuestras comunidades?; y, ¿qué acciones concretas podemos asumir como misión de santificarnos y santificar el mundo, teniendo presentes los diferentes ámbitos? 

A través de la escucha de las experiencias vividas, se compartió esta conclusión: “Se fortaleció la propia conciencia como bautizados, buscando ser testigos de Cristo en todo tiempo, pero falta un mayor compromiso y una participación más activa, impedidos por algunos motivos mencionados como el individualismo, el prejuicio hacia al otro, la inseguridad y el clericalismo”. Al respecto, se puntualizó en la necesidad de profundizar en la “conversión personal a partir de las experiencias personales de encuentro con el Señor; la participación en los sacramentos, jornadas, retiros, instancias de formación; compartiendo las historias de vida, los testimonios, las heridas, los problemas; saliendo en misión junto a los hermanos y viendo sus necesidades, las dificultades en la vida de cada uno”.

Se propusieron “acciones concretas a asumir”, como ser “apostar a una renovación misionera, promoviendo la formación en estudios bíblicos y documentos de la Iglesia; participar de reuniones formativas que ofrecen la parroquia y los movimientos, trabajando por la comunión entre todos los grupos, movimientos y consagrados; ser evangelizador atrayente, alegre, aglutinador y comprometido; observar las realidades de la comunidad y responder evangélicamente a esas situaciones o realidades”.

Como preparación para el Congreso Nacional de Laicos, que tendrá lugar el 26 de noviembre de este año en Caacupé, se dialogó sobre las conclusiones de los Congresos Diocesanos, que serán compartidas en esa ocasión en forma de video, fotografías u otros medios, a modo de cierres conclusivos.

El último día del encuentro, los participantes misionaron en un asentamiento marginal de la ciudad, en equipos de por lo menos dos personas, recorriendo las casas del lugar, llevando la Buena Nueva a los lugareños, en actitud de escucha en cuanto a sus expectativas, compartiendo al regreso toda la experiencia vivida durante la misión.

Monseñor Ocampo celebró la misa de cierre del encuentro, en la que invitó a los laicos a “dar testimonio, perseverancia y coherencia de vida en los diferentes ámbitos; a anunciar a Cristo siendo misericordiosos con los más vulnerables, buscando el bien común, la comunión, y articulando las actividades, la participación activa, abrazando la cruz y siendo corresponsables de la misión”.+