Ante la tumba de Don Bosco, salesianos celebraron 150 años del primer envío misionero
- 12 de noviembre, 2025
- Valdocco (Italia) (AICA)
En la basílica de María Auxiliadora en Valdocco, el rector mayor, padre Fabio Attard, presidió la Eucaristía, de la que participó la familia salesiana.
Ante la tumba de Don Bosco, los salesianos agradecieron el 150 aniversario de la primera expedición misionera (ANS)
El rector mayor de los salesianos, padre Fabio Attard SDB presidió, en la tarde del 11 de noviembre, en la basílica de María Auxiliadora en Valdocco, -corazón palpitante del carisma de Don Bosco-, la misa del envío misionero de los salesianos de Don Bosco (SDB) y de las Hijas de María Auxiliadora (HMA), con motivo del 150° aniversario de la Primera Expedición Misionera Salesiana.
La Eucaristía, concelebrada por varios consejeros generales, numerosos misioneros, inspectores y delegados inspectoriales para la Animación Misionera (DIAM), contó también con la presencia de la superiora general de las Hijas de María Auxiliadora, madre Chiara Cazzuola, acompañada por algunas de sus consejeras y una representación de hermanas HMA, "signo de una comunión viva y misionera entre las dos familias religiosas", destacó el órgano informativo salesiano ANS.
Un recuerdo que se convierte en misión
Al inicio de la celebración, tomó la palabra el padre Michele Viviano, rector de la basílica, para evocar con emoción la noche del 11 de noviembre de 1875, cuando Don Bosco despidió a los primeros diez misioneros que partían hacia la Argentina: "¿Quién sabe si esta partida y este pequeño grupo no serán como una semilla de la que brotará un gran árbol?", decía Don Bosco entre lágrimas y esperanza.
"Hoy, después de ciento cincuenta años -prosiguió el padre Viviano- queremos agradecer, repensar y relanzar":
"Agradecer por los diez mil setecientos misioneros que, en este siglo y medio, han llevado el carisma salesiano a ciento treinta y siete países del mundo. Repensar la misión en contextos multirreligiosos y secularizados y relanzar un celo misionero renovado, cercano a los jóvenes pobres y a quienes perdieron el sentido de la vida".

"Y como entonces -concluyó- también hoy resuena el 'inde gloria mea': de aquí mi gloria. La gloria de María Auxiliadora, la gloria de Dios, la gloria de Don Bosco y de sus Congregaciones", exclamó.
"Somos siervos inútiles"
En la homilía, el padre Attard, reflexionó sobre el Evangelio de Juan que acababa de proclamarse y lo vinculó a aquel momento de hace ciento cincuenta años con el mandato actual, ofreciendo tres claves de lectura espiritual: La centralidad de Cristo; la fidelidad al carisma y servicio a los pobres.
El rector mayor concluyó implorando: "Que el Señor nos conceda la fuerza de su Espíritu para que, como Don Bosco, vivamos y transmitamos la belleza del Evangelio".
Entrega de las cruces misioneras
Después de la homilía, el consejero general para las Misiones, padre Jorge Crisafulli SDB, anunció los nombres de los nuevos misioneros SDB de la 156ª expedición. Uno tras otro, cada misionero se puso de pie, pronunció con emoción su "¡Aquí estoy!" y se acercó al altar.
A continuación, la consejera general para las Misiones de las HMA, hermana Ruth del Pilar Mora Velazco, leyó los nombres de las nuevas misioneras HMA de la 148ª expedición, acogidas también por un coro de "¡Aquí estoy!", lleno de confianza y disponibilidad.
Por último el rector mayor y la madre general entregaron las cruces misioneras a los salesianos e Hijas de María Auxiliadora que partían en misión.
Al término de la misa, los nuevos misioneros, junto a los superiores, se dirigieron en silencio y oración ante la tumba de Don Bosco, para encomendarle su misión y pedir su bendición paterna.
El gesto concluyó con una foto de grupo, "signo de comunión y continuidad en la historia misionera iniciada hace ciento cincuenta años precisamente desde esa misma casa".+
