Miércoles 19 de noviembre de 2025

Los salesianos celebran 150 años de su presencia en la Patagonia argentina

  • 19 de noviembre, 2025
  • Junín de los Andes (Neuquén) (AICA)
Fue en Junín de los Andes, junto a la comunidad mapuche. Participaron el cardenal Ángel Fernández Artime y el inspector salesiano Darío Perera. También los obispo Esteban Laxague y Fernando Croxatto.
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En el marco del año jubilar que celebra la Congregación Salesiana, en la Argentina, primer lugar donde llegaron los salesianos enviados por Don Bosco fuera de Italia, se llevaron adelante distintas actividades en la Casa Salesiana de Junín de los Andes, acompañados por el cardenal Ángel Fernández Artime SDB.

En el marco de la conmemoración de los 150 años de la llegada de los primeros salesianos a la Argentina, enviados por el mismo San Juan Bosco en 1875, los salesianos de la Argentina llevaron adelante el Retiro de Jóvenes de América, y la Celebraciones Interculturales con el pueblo Mapuche.

La actividad se inició el 14 de noviembre, en la Casa de Retiro de Junín de los Andes, donde un centenar de jóvenes de distintos países de América llegaron a esta ciudad neuquina para vivir unos días de retiro, que incluyó un recorrido espiritual por los lugares donde vivió la beata Laura Vicuña, por el paseo del Vía Christi y la visita a San Ignacio, un paraje a 60 kilómetros al norte de Junín, donde vive la comunidad mapuche predecesora de Ceferino Namuncurá y donde se encuentra el kultrum donde descansan los restos del joven beato.

El 16 y 17 de noviembre se llevaron adelante las celebraciones interculturales con la presencia del cardenal Fernández Artime, proprefecto del Dicasterio para la Vida Consagrada de la Santa Sede; de monseñor Fernando Croxatto, obispo de Neuquén; monseñor Esteban Laxague SDB, obispo de Viedma; el padre Darío Perera SDB, Padre Inspector de la Inspectoría Salesiana Beato Ceferino Namuncurá, de Argentina Sur. También acompañaron integrantes del Equipo Diocesano de Pastoral Aborigen de Neuquén (EDIPA) y del Equipo Nacional de Pastoral Aborigen del Episcopado (Endepa).

El 16 de noviembre fue el encuentro de espiritualidad y de inculturación con la comunidad mapuche. Luego, en el santuario Nuestra Señora de las Nieves, el cardenal presidió la misa animada por la comunidad mapuche Huayquillán, de Colipilli, al norte de la provincia de Neuquén. Fue un encuentro entre el Evangelio y la cultura del pueblo del beato Ceferino.

Luego de la lectura del Evangelio de Mateo, donde Jesús alaba al Padre por ocultar ciertas verdades a los sabios y revelarlas a gente sencilla -que se leyó en español y en mapudungun, como otras partes de la misa donde también se expresaron en lengua mapuche-, el cadenal Fernández Artime expresó: "Estamos reunidos ante el Señor con gratitud para recordar y celebrar un acontecimiento que marcó la historia espiritual, cultural y humana de nuestra Patagonia".


"El encuentro, hace 150 años, de los primeros misioneros salesianos e Hijas de María Auxiliadora y el pueblo Mapuche-Tehuelche. Muchos de los padres, abuelos y bisabuelos de ustedes fueron protagonistas de esta historia preciosa. Esto no fue simplemente un cruce de caminos, sino el inicio de un proceso de encuentro, de diálogo, de aprendizaje mutuo, y el Evangelio en medio de las realidades de esta tierra", profundizó.

"Hoy podemos reconocer que la misión y el verdadero encuentro que genera vida, no comienza imponiendo, sino acogiendo; no empieza hablando, sino escuchando; no se funda en el poder, sino en la proximidad -añadió-. Recordar no es idealizar, ni borrar, ni ignorar. Recordar es mirar la verdad de la historia con sus luces y sus sombras, para caminar hacia adelante con humildad y con fraternidad. Hoy reconocemos con sinceridad que el encuentro entre culturas no siempre estuvo libre de tensiones, incomprensiones, quizás hasta de errores. ¡Es cierto! Pero también reconocemos en estos salesianos e Hijas de María Auxiliadora, aun desde las propias limitaciones humanas, que aportaron el respeto, la educación, la promoción humana, y la defensa de la dignidad de los pueblos originarios. El anuncio del Evangelio y la fe en el Señor Jesús era el don más precioso que tenían para dejar".

Y agradeció: "En nombre de todos mis hermanos salesianos, y con permiso del obispo y de la Iglesia en esta tierra, quiero agradecer al pueblo mapuche y al pueblo tehuelche que abrieron las puertas de su cultura, de su espiritualidad, de su tierra. Ellos y ustedes enseñaron a los misioneros a caminar en este territorios, a escuchar el viento, a respetar la tierra, a saber interpretar, a valorar la palabra, a vivir en la comunidad. Este aniversario nos invita a recordar con sinceridad. Hubo luces y hubo sombras, pero hubo también innumerables gestos de cariño, de amistad, de fraternidad, de encuentro real y verdadero, de diálogo, de escucha. Ante el Señor declaramos que creemos en la verdadera fraternidad. Recordamos al Papa Francisco, su última encíclica, Fratelli tutti, hermanos todos, fraternidad y comunión. Queremos caminar todos juntos como hermanos siguiendo a Cristo Jesús. La misión es hoy, por tanto escuchar, acompañar, defender la vida, cuidar la propia identidad para seguir caminando juntos".

Peregrinación al kultrum
La jornada del lunes 17 de noviembre se inició en el paraje San Ignacio. Hasta allí llegaron el centenar de jóvenes de América que estaba participando del Retiro, como los cientos de peregrinos que llegaron de distintas ciudades de la Patagonia y de Buenos Aires para las celebraciones interculturales. Recibidos por la familia Namuncurá, se inició la peregrinación hacia el kultrum. Adelante iba la escolta de jinetes.

Detrás, los restos del padre Antonio Mateos -salesiano misionero español que por más de 40 años vivió entre los mapuches y fue uno de los propulsores de que los restos de Ceferino Namuncurá vuelvan a las tierras de su familia-, que luego de la rogativa, se depositaron en la capilla del paraje.


Luego de la caminata de casi 3 kilómetros, en la explanada frente al kultrum se realizó la rogativa mapuche. Primero, se llevó la urna con los restos del padre Antonio Mateos al altar de piedra al aire libre. Invitando a todos los peregrinos a mirar hacia el este, punto por donde sale el sol como lugar de renovación, de esperanza y de conexión con el mundo espiritual, en mapudungun, la comunidad mapuche inició la rogativa. Al grito de "afafán" -que expresa alegría, entusiasmo y aliento, utilizado comúnmente durante sus ceremonias- dio inicio a esta celebración que, en la espiritualidad indígena, es un espacio de comunión con la trascendencia: hay una comunicación directa con la trascendencia, hay una comunicación directa con los hermanos, hay una comunicación directa con la Creación y con la tierra, y hay una comunicación directa consigo mismo.

Al finalizar la rogativa, la urna se trasladó al interior del kultrum, donde la veneraron todos los peregrinos. Pasado el mediodía, un comitiva de la familia Namuncurá con algunos salesianos de Junín de los Andes, llevaron la urna a la capilla de San Ignacio, cumpliendo así el deseo en vida del padre Mateos de quedarse para siempre con los mapuches.

De esta manera, la Congregación Salesiana, bajo el lema "Dar gracias, repensar, relanzar", en el marco de los 150 años de la llegada de la primera expedición misionera salesiana a la Argentina, llevó adelante esta celebración junto con uno de los pueblos originarios con que se encontraron esos primeros salesianos que empezaron a misionar la Patagonia a partir de 1880.+

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