Mons. Larregain consagró el altar de una parroquia
- 12 de septiembre, 2025
- Corrientes (AICA)
El arzobispo de Corrientes celebró la Eucaristía en el templo Nuestra Señora del Valle, donde además colocó las reliquias de Santa Sabina. También se celebró allí el Día de la Vida Cosagrada.

En el día de la fiesta de la Natividad de la Virgen María, celebrado el 8 de septiembre, el arzobispo de Corrientes, monseñor José Larregain OFM, presidió la celebración eucarística en la parroquia Nuestra Señora del Valle, donde realizó la consagración del altar y colocó las reliquias de Santa Sabina. La misa fue también ocasión para celebrar el Día de la Vida Consagrada.
Acompañado por el párroco y algunos sacerdotes como concelebrantes, monseñor Larregain señaló en la homilía: "Hoy la Iglesia nos reúne para celebrar con gran alegría tres motivos: por un lado, la dedicación de este altar en nuestra parroquia Virgen del Valle; por otro, la Fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María, aurora de la salvación, porque en ella comienza a brillar la luz de Cristo; y por último, el día de la vida consagrada en la Argentina, dando gracias a Dios por cada uno de ellos, por sus vocaciones, entrega y servicio".
"Estos acontecimientos -continuó- se iluminan mutuamente: María es el verdadero 'altar vivo' en el que la Palabra se hizo carne, y este altar que hoy dedicamos será signo visible y sacramental de Cristo mismo, 'piedra angular' y 'pan de vida'".
El arzobispo de Corrientes manifestó que "en esta fiesta contemplamos a María como aquella que ofreció su vida entera para que el Verbo habitara en medio de nosotros. Ella es como un altar vivo, un espacio sagrado donde la humanidad y la divinidad se encontraron en plenitud, ella es modelo de lo que hoy queremos celebrar con este altar: un lugar santo, consagrado para el encuentro con Dios".
El altar es Cristo mismo
"El altar no es simplemente una mesa de piedra o de madera: es Cristo mismo, presente en medio de su pueblo. Sobre él se actualiza el sacrificio eucarístico, se parte el Pan de vida, se alimenta la esperanza. Por eso, la dedicación del altar es una fiesta para toda la comunidad parroquial", agregó.
También recordó a los consagrados que "son un testimonio vivo de este misterio". "Su vida, entregada totalmente a Dios en los consejos evangélicos, es un altar espiritual donde se ofrece cada día la alabanza y el servicio".
"Así como María fue toda de Dios, y este altar es todo para Cristo, también la vida consagrada nos muestra que la plenitud del corazón humano está en el don total de sí mismo. La vida consagrada nos muestra que ese 'sí' se puede vivir cada día como ofrenda y testimonio", enfatizó.
Y finalizó: "Damos gracias porque el Señor quiso quedarse con nosotros en este altar, en esta parroquia Virgen del Valle, bajo el amparo maternal de María. Que cada Eucaristía celebrada aquí nos recuerde la promesa de Jesús: 'Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo'".+