La curia arquidiocesana destacó que "deja el recuerdo de su entrega generosa, su cercanía y sus muchas anécdotas compartidas con alegría". El velatorio fue en la parroquia Perpetuo Socorro.
La Eucaristía fue celebrada por el arzobispo, Mons. José Larregain, quien aseguró que "no es sólo una institución de control, sino también un espacio de humanidad y de reconstrucción".
Más de cien porciones de comida fueron repartidas a personas en situación de necesidad, haciendo vida el espíritu de servicio y fraternidad del santo de Asís.
"Servir sin esperar reconocimiento es un verdadero acto de amor", dijo el arzobispo Adolfo Larregain, e invitó a los presentes a profundizar su compromiso con la misión catequística y educativa.