Martes 3 de diciembre de 2024

Mons. Martínez: 'La Cuaresma, tiempo de gracia y penitencia que nos prepara para la Pascua'

  • 21 de febrero, 2024
  • Posadas (Misiones) (AICA)
Este período "nos permite revisar nuestra vida cristiana y cómo vivimos el seguimiento a Cristo", expresó el obispo de Posadas.
Doná a AICA.org

En su carta para el primer domingo de Cuaresma, el obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez afirmó que la Cuaresma es un “tiempo de gracia y penitencia que nos prepara a celebrar el misterio central de nuestra fe, que es la Pascua. Nuestra fe está centrada en la persona de Jesucristo. el Señor, de quien queremos ser discípulos y misioneros, y nos lleva a revisar nuestra vida y espiritualidad a la luz del seguimiento de Aquel en quien creemos, Aquel que se hizo uno de nosotros para salvarnos y que quiso revelarse para que comprendamos que nuestra vida está cargada de sentido y que todos los bautizados tenemos una vocación y una misión”. 


“En la Pascua, celebramos el misterio del amor de Dios, de un Dios cercano que se hizo hombre, de Jesucristo, el Señor, que por nosotros murió y resucitó. En estas semanas de Cuaresma, a través de la espiritualidad de la liturgia, nos disponemos a renovar nuestra fe, esperanza y caridad”.


En esa línea, señaló que “la Cuaresma es un tiempo de gracia que nos permite revisar nuestra vida cristiana y cómo vivimos el seguimiento a Cristo, el Señor, tanto en lo personal como en nuestras comunidades”.


Asimismo, en su carta llamó a “revisar como vivimos la caridad cristiana”:  “quiero pedir que revisemos cómo asumimos concretamente un aspecto esencial de nuestra condición de cristianos, que es la caridad y nuestro compromiso con los más pobres. El versículo que inicia esta carta nos dice: ´Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo´ (Mt 25,40). Esta sentencia que Jesucristo, el Señor, nos da es la conclusión de la enseñanza sobre el juicio final: ´Entonces, el Rey dirá a los que tenga a su derecha: ´Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver […]Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo´(Mt 25, 34-36.40)”.


“La Cuaresma nos regala la posibilidad de que, desde la gracia de este tiempo litúrgico fuerte, podemos revisar nuestras vidas, tanto en lo personal como en nuestras familias y comunidades”, sostuvo el obispo Martínez.


Por último, respecto de la caridad como “componente esencial de la vida cristiana”, señaló que “será clave que revisemos nuestra relación y disponibilidad para con todos, pero especialmente para con nuestros hermanos y hermanas más pobres. Si esto siempre ha sido una exigencia del Evangelio, hoy, más que nunca, tendremos que revisar nuestros criterios y actitudes en las coyunturas de nuestra Patria, donde el flagelo de la pobreza crece gravemente y nos exige acentuar nuestro compromiso discipular y profético con nuestros hermanos y hermanas que sufren el daño y la omisión de una justicia largamente esperada”.


 “El tiempo cuaresmal nos ayudará a revisarnos desde el amor que Dios nos tiene, con la certeza de que, si volvemos a Él, nos recibirá con un abrazo de Padre como al hijo pródigo. Abrazados por su amor, somos plenos y podemos ser testigos de la Pascua y de la Esperanza”, concluyó. +