Sábado 20 de abril de 2024

Mons. Mestre: "El Cielo es la gran fiesta de Dios"

  • 14 de octubre, 2020
  • Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
"Cielo", "todos" y "libertad", fueron las tres palabras que tomó el obispo de Mar del Plata para su reflexión de este domingo 11 de octubre.
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El obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, reflexionó con el Evangelio para el 28º domingo durante el año, el 11 de octubre, y citó tres puntos para explicar las parábolas: “¿Cómo es el Cielo?”, “La invitación al Cielo es para todos” y “La libertad humana de aceptar o no aceptar la invitación”.

¿Cómo es el Cielo?
“El lenguaje convencional y las palabras habituales nunca alcanzan para definir las realidades más importantes y más profundas de la vida”, comenzó diciendo el obispo. El “lenguaje simbólico y metafórico” es característico de este Evangelio. Se utilizan diversas imágenes, como la del banquete para ilustrar el cielo. “En cualquier fiesta humana lo lógico es que la alegría esté presente”, dijo luego y comparó esta alegría con el cielo: “Gozo, alegría y felicidad plenos y sostenidos para siempre”, describió que, además, “no tienen fin y nadie la puede arrebatar”.

La invitación al Cielo es para todos
En segundo lugar, monseñor Mestre se detuvo en la participación de todos: “Nadie queda excluido”. “El Cielo es la gran fiesta de Dios absolutamente inclusiva y universal. Nadie queda fuera de este regalo de Dios: Todos son integrados”. El prelado explicó que “Dios es así de generoso, así de inclusivo, rico en misericordia y quiere que todos se salven”. Por eso, invita a todos a “ser parte del banquete del Reino de los Cielos”.

La libertad humana de aceptar o no aceptar la invitación
Finalmente, el obispo mencionó la “gratuidad y la apertura de nuestro Dios”, que son “absolutas y totales”. Pero el límite está en la “libertad humana”, que puede ser “mal usada y terminar rechazando al mismo Dios y su proyecto”. E ilustró que en la parábola de este domingo esto se reflejó en “los primeros invitados y en la falta del traje de fiesta para participar”. Asimismo, hizo referencia a la “disposición de corazón y la humildad necesaria para aceptar la propuesta del Señor y convertirse y cambiar lo que no esté de acuerdo a su proyecto de vida”. Al concluir, rogó: “¡Que nuestra libertad sea fecunda y esté siempre abierta a la bondad, verdad y belleza que nos viene de Dios!”.+