Domingo 1 de junio de 2025

Concepción: referentes nacionales en el Jubileo Diocesano 'Líderes Sociales'

  • 13 de mayo, 2025
  • Concepción (Tucumán) (AICA)
"Si queremos afianzar la esperanza, la tenemos que vivir con una espiritualidad fuerte y este Jubileo es una oportunidad para afianzar esta espiritualidad", manifestó el obispo local, Mons. José Díaz.
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El obispado de Concepción (Tucumán), junto con el equipo integrante de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, realizó el 10 de mayo el Jubileo Diocesano 'Líderes Sociales', en el teatro La Estación.

Participaron, el obispo diocesano, monseñor José Díaz; el director de Cáritas Argentina y consultor del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida de la Santa Sede, Emilio Inzaurraga; el integrante de la Pastoral Social, Carlos Bulacio, junto con un grupo destacado de personas.

Monseñor Díaz dio la bienvenida y manifestó que el jubileo tenía "un fuerte sentido social, de raíces bíblicas, que tienen que ver también con compensaciones y cointegración. Para nosotros es siempre una oportunidad, un año santo cada 25 años tiene este sentido de vivir, por lo menos una vez en la vida, un Año Jubilar en el que podamos pedirle a Dios que nos ayude a resolver nuestras cuentas personales y comunitarias".

"Es un tiempo para pensar de qué manera podemos compensar a aquellos que menos tienen y que están en situación de inferioridad de condiciones y que necesitan una mano, y que la Iglesia está para esto, tal como lo planteaba el papa Francisco en esta idea de una Iglesia de hospital de campaña", continuó.

"Pareciera ser -dijo- que Dios quiere con la elección del papa León XIV, acentuar esta dimensión. Todos los asociamos con León XIII que escribió la encíclica Rerum Novarum, que para nosotros fue la primera respuesta oficial que hace la Iglesia ante una situación de cambio de época muy fuerte, que en este sentido tendría que ver, aunque con condimentos diferentes, la elección de este nombre. Estamos ante una etapa de revolución profunda marcada por la tecnología y en aquel momento la revolución estaba marcada por la explosión de lo industrial, que dejaba a muchísima gente al costado, sin leyes laborales y en situación de inferioridad de condiciones en relación a la dignidad humana".

Además, señaló que "nuestra época será para la Iglesia un gran desafío, no solo para hablar, sino también para realizar e incluir, y por eso este Jubileo que quisimos hacer, obedeciendo un poco los patrones que nos había establecido la Santa Sede, queremos dar gracias a Dios por estar involucrados en estos procesos en nuestra vida parroquial y diocesana". 

"Si queremos afianzar la esperanza la tenemos que vivir con una fuerte espiritualidad y este Jubileo es una oportunidad para afianzar esta espiritualidad basado en este pilar fundamental de la vida cristiana que es la esperanza", afirmó.


Por su parte, Inzaurraga señaló que "este Jubileo de la Esperanza es un acontecimiento en que nos invitó el fallecido papa Francisco a renovar la fe, a fomentar la reconciliación, a perdonar, a promover una cultura de la esperanza y de la solidaridad. En este contexto, creo que los líderes sociales tenemos un papel clave como actores en la justicia, en la conciliación de todos, en la vida humana, especialmente en las comunidades que están marcadas por la desigualdad y la exclusión". 

"En el contexto argentino -agregó- que está atravesado por una crisis económica, también por una polarización política y hasta a veces un desencuentro con desigualdades que permanecen, que son casi permanentes, el Jubileo de la Esperanza adquiere un significado profundamente apologético. No se trata solo de celebrar una espiritualidad intimista, sino que es una invitación concreta a alternar la esperanza, como decía monseñor Díaz, en medio de esta adversidad, rescatando los brotes de bien que vemos en nuestras comunidades". 

Inzaurraga señaló además que "los líderes sociales se presentan como figuras claves para, en medio de la fragmentación, poder tejer comunidad. En medio del dolor poder cultivar la esperanza. En medio de los recortes, multiplicar los recursos de la organización de toda la gente, de 'todos, todos, todos' como nos recordaba siempre Francisco".

"Queremos que este Jubileo sea para todos, nos decía Francisco, ocasión de reavivar la esperanza. Y ahí la Palabra de Dios nos anima:  Saber que Dios nos ama, saber que nos espera, saber que Dios nos anima, saber que Dios está con nosotros siempre, siempre. Que bueno, hacernos la pregunta en el corazón: ¿Dios me ama? ¿Puedo acercarme a esa afirmación en mi vida cotidiana? Porque esto cambia la perspectiva de nuestra vida", enfatizó. 

Y señaló: "Reconocernos hijos de Dios y hermanos entre nosotros cambia radicalmente la percepción, nos da vuelta, 'como una media'. La esperanza cristiana es, aun en medio de las tareas cotidianas, confiar en Dios y trabajar y poner manos a la obra. Es una esperanza activa, es como soñar, pero soñar despiertos, no adormecidos, no ensoñación".

Finalmente, afirmó: "El pensamiento social de la iglesia lo expresa con claridad: una sociedad que en todos sus niveles quiere positivamente estar al servicio del ser humano, es aquella que se propone como meta prioritaria el bien común. Y lo define así: es el bien de todos los hombres. Una persona no puede encontrar realización solo en si misma es decir prescindir de su ser con y para los demás. Somos seres sociales".

La jornada finalizó con una peregrinación y posterior misa que presidió monseñor Díaz en la catedral diocesana.+