Miércoles 30 de abril de 2025

Predicador de la Casa Pontificia: último sermón de Cuaresma, 'saber bajar del escenario'

  • 11 de abril, 2025
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
En su cuarta reflexión de Cuaresma, el predicador de la Casa trató sobre la Ascensión de Cristo. No significa que el Resucitado abandone a las personas, sino que les da espacio, explicó Fray Pasolini.
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El don de la Ascensión dejó un legado único para la Iglesia y el mundo, dijo fray Roberto Pasolini OFMCap, predicador de la Casa Pontificia, en su reflexión final de Cuaresma para el Papa y la Curia Romana, que este año también está abierta a todas las personas. 

El fraile capuchino subrayó que en los momentos en los que nos resulta difícil abandonar el escenario, convencidos de que nuestra presencia debe prolongarse hasta el final, el Señor Jesús nos muestra cuán valioso es saber alejarse y tomar distancia para permanecer en una comunión más profunda y auténtica.

"El maestro se aleja para conducir a los discípulos más allá de sí mismos, obedeciendo al mandato más importante: hacerse plenamente humanos, hasta alcanzar la medida de la plenitud de Cristo". Una de las consecuencias de la Ascensión, explicó Pasolini, es la "sinergia" entre el Señor y nosotros, resumida en el mandato misionero de Jesús a los apóstoles: "Vayan por todo el mundo y proclamen el Evangelio a toda criatura". 

"Los apóstoles están invitados a ir al encuentro de los demás no como seres humanos, sino como criaturas", comentó el predicador, según quien "tras la Resurrección de Cristo y con su ascensión, comenzó la nueva y definitiva creación en el cosmos y en la historia, en la que estamos invitados a repetir la actitud de asombro y admiración hacia Dios desde el inicio de su creación". 

"Si aceptamos el reto de ir a otros para anunciarles la buena nueva como criaturas, primero debemos reconocer que los demás son criaturas, y es hermoso que estén ahí", dijo el religioso: "Si, en cambio, los vemos como seres humanos, con sus roles e identidades, fácilmente caemos en la pretensión y el juicio. Inmediatamente esperamos cosas, comprobamos si su vida corresponde a las expectativas que tenemos de ellos. 

Cuando miramos una flor, simplemente pensamos que es hermosa: a menudo, cuando nos miramos, somos incapaces de tener los mismos sentimientos". De ahí la importancia de "reconocer la belleza y la importancia de los demás, por el hecho de existir": "es el primer reconocimiento que todos necesitamos cada día para existir. Ser reconocidos por lo que somos, con nuestras propias luces y sombras". 

"Es con esta mansedumbre que Dios se despide de la historia", enfatizó Pasolini. Para la Iglesia, es una invitación a "acercarse al otro reconociendo su camino no como algo que se incluye en una evaluación moral, sino a mirar con humildad y respeto la historia de cada persona, teniendo presente que muchos aspectos de la vida humana siguen siendo complejos, oscuros y difíciles de comprender". 

"Llevar el Evangelio hasta los confines de la tierra significa llevarlo hasta los confines del misterio de la humanidad", explicó el fraile capuchino: "Fuimos al espacio, ahora nos espera la misión de adentrarnos en el ser humano y su misterio, de avanzar con atención y respeto en el abismo de toda condición humana, reconociendo su complejidad". 

La sinergia entre nosotros y Dios, por tanto, hace de la vida "un pas de deux", una danza, en el que estamos en la tierra pero Dios desde el cielo acompaña todos nuestros pasos y actúa junto con nosotros, para un proyecto de nueva creación".+