El obispo invitó a pedirle a la Virgen la esperanza. "Esa esperanza de una madre que quiere el mejor destino para su hijo y, al mismo tiempo, esa caridad que se refleja en cada hermano", puntualizó.
Mons. Tissera y Mons. Redondo recuerdan que "abrir puertas es tener esperanza; es estar preparados para recibir la visita y también para salir al encuentro de los demás".
El obispo de San Francisco señala que "María está apurada, siempre apurada, para venir a nosotros, trayéndonos a Jesús, el fruto bendito de su vientre", y anima a seguir su ejemplo.
Recordó que el Niño Dios "no viene de prepo, ni haciéndose lugar a los codazos. Él se ofrece", y agregó: "Solo hace falta estirar los brazos".