El arzobispo de San Juan de Cuyo agradeció y valoró el servicio de los catequistas en la Iglesia, a quienes definió como una bendición y testigos del amor de Jesús.
El arzobispo sanjuanino animó a vivir la fe como camino y apertura. "Caminar juntos, construir puentes, escuchar a todos, trabajar por la paz en un mundo herido por guerras y divisiones", sostuvo.
El arzobispo agradeció el servicio de los diáconos permanentes en la Iglesia, a quienes definió como "presencia visible de Aquel que no vino a ser servido, sino a servir y dar su vida por todos".
El arzobispo sanjuanino los exhortó a dejarse sorprender nuevamente por la frescura del Evangelio, para contagiar esperanza "en medio de un mundo tantas veces herido, dividido, confundido".