El arzobispo de Bahía Blanca invitó a vivir el envío misionero, la alegría cristiana y el perdón cotidiano, señalando que el legado más grande no es material sino espiritual: haber conservado la fe.
El arzobispo bahiense recordó el origen de esta ciudad como fortaleza protectora y destacó el compromiso solidario del pueblo tras la tormenta del 7 de marzo.
El arzobispo de Bahía Blanca hizo un llamado a no dejarse vencer por el odio y a buscar siempre la reconciliación y la paz, evocando las palabras de Juan Pablo II en su última visita a la Argentina.
El arzobispo de Bahía Blanca planteó que la reconciliación es el camino, y el amor de Dios, siempre inmenso y desbordante, es la única medida posible para caminar hacia la verdadera paz.