Mons. Azpiroz Costa: la mirada puesta en la esperanza
- 19 de marzo, 2025
- Bahía Blanca (Buenos Aires) (AICA)
En la misa del II Domingo de Cuaresma, el arzobispo de Bahía Blanca compartió un mensaje de esperanza y reflexión, haciéndose eco de la invitación a mirar más allá de las dificultades.

El arzobispo de Bahía Blanca, monseñor fray Carlos Azpiroz Costa OP, celebró la misa del II domingo de Cuaresma en la iglesia Santa Rita de esa jurisdicción eclesial. En su homilía, invitó a los fieles a elevar la mirada hacia la esperanza durante este tiempo de preparación para la Pascua.
"¿De qué me sirve escuchar esa palabra?", planteó el prelado, esbozando una pregunta que, aunque podría sonar irreverente, es común en momentos de incertidumbre y dificultad, aseguró. "La respuesta no es otra que la de mirar hacia Dios y hacia nuestro destino final, como lo hizo el patriarca Abraham", completó.
El arzobispo evocó la imagen del viaje, rememorando su llegada a Bahía Blanca y cómo, en su desconocimento de aquel momento, no sabía exactamente cuál era la "terminal" del viaje, entendiendo que no todas las paradas previas eran su destino final. Así como en un viaje es fundamental conocer la terminal, la Palabra tiene el propósito de guiar a la meta final: el encuentro con Dios.
A su vez, el arzobispo bahíense invitó a los presentes a reflexionar sobre la diferencia entre "expectativa" y "esperanza". La expectativa, dijo, es algo que se busca con esfuerzo, pero puede ser incierto, mientras que la esperanza cristiana, en mayúsculas, es aquella que se ancla en Dios, quien es el único que puede darnos la vida eterna.
Por otra parte, en su reflexión sobre el Evangelio, el prelado destacó la importancia de la confesión de Pedro, quien reconoció a Jesús como el Mesías, el Hijo de Dios. Sin embargo, a partir de esa revelación, Jesús les advirtió a sus discípulos que el camino hacia la gloria pasaba necesariamente por la cruz, un concepto que Pedro no pudo entender en su momento. "¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde su vida?", citó el arzobispo, invitando a los fieles a contemplar el verdadero sentido de la vida cristiana: no la acumulación de bienes, sino la entrega y el sacrificio por la causa del Reino de Dios.
Finalmente, monseñor Azpiroz reflexionó sobre la Transfiguración de Jesús en el monte Tabor, un momento clave que anticipa la resurrección, recordando que la Transfiguración no es solo un momento de esplendor, sino una preparación para la cruz, para el sacrificio.
En la conclusión de su homilía, el prelado invitó a los presentes a seguir el ejemplo de Jesús, quien, al enfrentar la oscuridad y el sufrimiento, no perdió la esperanza. "La esperanza cristiana no depende de las circunstancias temporales. Es un ancla que nos sostiene y nos orienta hacia lo eterno", concluyó, llamando a los fieles a vivir la Cuaresma como un tiempo de conversión y renovación espiritual.+