Al recibir a una delegación del Líbano, cuatro años después de la explosión en el Puerto de Beirut, el pontífice condenó la muerte de personas inocentes y pidió el fin de las guerras.
En una audiencia con los líderes de las organizaciones humanitarias de la Iglesia Oriental (ROACO), el pontífice hizo un llamamiento urgente por la paz para Tierra Santa.
"Que prevalezcan el diálogo y la diplomacia, que pueden hacer tanto", pidió. También llamó, una vez más, a no olvidarse de Ucrania y rezó por el sacerdote misionero muerto en Costa de Marfil.
Al concluir el Regina Coeli del domingo, Francisco hizo un llamado sincero a detener la espiral de violencia en Medio Oriente. Fue a raíz de la intervención de Irán en Israel.