Lunes 7 de octubre de 2024

'Las guerras son una rendición vergonzosa ante las fuerzas del mal', dijo el Papa

  • 26 de agosto, 2024
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Al recibir a una delegación del Líbano, cuatro años después de la explosión en el Puerto de Beirut, el pontífice condenó la muerte de personas inocentes y pidió el fin de las guerras.
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El Papa Francisco condenó, este lunes 26 de agosto, la muerte de "inocentes" en Medio Oriente y pidió el fin de los enfrentamientos bélicos en la región, al recibir a una delegación del Líbano compuesta por 30 personas, en la Sala del Consistorio del Líbano, cuatro años después de la explosión en el Puerto de Beirut, a cuyas víctimas el pontífice transmitió su cercanía, diciendo que sigue rezando por ellas y comparte su dolor. 

"Sigo manteniéndolos a ustedes y a sus seres queridos en mis oraciones, y uno mis lágrimas a las suyas", expresó Su Santidad.

El Papa compartió también con los libaneses "el dolor de seguir viendo morir cada día a tanta gente inocente a causa de la guerra en su región, en Palestina, en Israel y en el Líbano, que también paga el precio. Todas las guerras dejan al mundo peor de lo que lo encontraron", dijo el Santo Padre, en una intervención difundida por el Vaticano.

"La guerra es siempre un fracaso, un fracaso de la política, un fracaso de la humanidad, una rendición vergonzosa, una derrota ante las fuerzas del mal", añadió.

La frontera entre Israel y el Líbano vive un momento de tensión, ante el agravamiento del conflicto en la región, con la muerte de al menos 629 personas, la mayoría del lado libanés y en las filas de Hezbollah.

"Con ustedes -dijo Francisco- imploro desde el Cielo la paz que tanto tardan los hombres en construir en la tierra. La imploro para Medio Oriente Medio y el Líbano", y expresó que "El Líbano es y debe seguir siendo un proyecto de paz".

Verdad y justicia
La explosión de 2020 en Beirut -causada por la detonación de una enorme cantidad de material altamente explosivo, que había sido almacenado incorrectamente en un almacén ubicado en el puerto de la ciudad-, mató a más de 200 personas, hirió a miles y causó grandes daños en edificios y obras de infraestructura de toda la capital libanesa.

El desastre puso de relieve problemas de corrupción, mala gestión y negligencia en el gobierno libanés, y las investigaciones sobre el incidente revelaron fallos en múltiples niveles del gobierno y de las autoridades portuarias, lo que contribuyó a la agitación política y social que sigue vigente en el Líbano.

En su discurso, el Papa  expresó su apoyo a las familias de las víctimas en su constante búsqueda de la verdad y la justicia, que, como reconoció, sigue siendo obstaculizada por "poderes e intereses opuestos". "El pueblo libanés, y sobre todo ustedes, tienen derecho a palabras y acciones que manifiesten responsabilidad y transparencia", afirmó Francisco.

El apoyo continuo de la Iglesia
El Santo Padre aseguró a los familiares el continuo apoyo de la Iglesia, tanto en la oración como con gestos concretos de caridad. "No están solos y nunca los abandonaremos", afirmó.

Al concluir, el Papa agradeció a las familias libanesas su resistencia y su fe, comparando su fuerza con la dignidad y la nobleza del cedro, símbolo del Líbano, y las encomendó al cuidado de la Virgen María.

"Los cedros nos invitan a levantar la mirada hacia lo alto, hacia el cielo, hacia Dios, que es nuestra esperanza, una esperanza que no defrauda", manifestó el pontífice.+