"Es el mandamiento principal y es preciso introducirlo en nuestra mente y corazón. De esa manera le otorgaremos la centralidad que le corresponde", aseguró el arzobispo emérito de Corrientes.
Al recibirlos en audiencia, el Papa los animó a predicar a Jesús ante los conflictos y la pobreza, las "dinámicas perversas" que producen divisiones entre los pueblos y el "descarte de los débiles".
"La verdadera riqueza no son los bienes de este mundo, sino ser amados por Dios y aprender a amar como Él", recordó el pontífice, en su reflexión previa a la oración mariana del Ángelus.
"La virtud de la caridad y el amor inmerso en los sistemas sociales siempre generan un humanismo con valores", aseguró el obispo de Posadas en su reflexión semanal.