"Tratan de curar no solamente las heridas físicas, sino las heridas del alma a veces ligadas a la injusticia, a la discriminación, al rechazo, a la soledad", destacó el arzobispo de Buenos Aires.
El arzobispo emérito destacó la vigencia del mensaje del santo e invitó a los fieles a renovar la virtud de la esperanza como fuerza que sostiene la vida y guía hacia Dios en tiempos difíciles.
Consagradas y consagrados caminaron desde la basílica de la Piedad hasta la catedral, en una jornada marcada por la oración y la fraternidad. Mons. Giorgi presidió la Eucaristía.
Al cumplirse 60 años de su promulgación, un rabino y un sacerdote hablarán del documento conciliar. Será el 15 de julio, a las 18, en la sinagoga de la Fundación Mishkán (Sucre 1420, Belgrano).