En la Misa Crismal, el arzobispo de Buenos Aires animó al clero a la unidad y a recobrar la audacia y la creatividad apostólica en este presente "desafiante". Peregrinación jubilar de los sacerdotes.
Fue el llamado que hizo el arzobispo de Buenos Aires en la misa del Domingo de Ramos. "Hay veces en que nos hace falta esperar con la esperanza de los amigos", expresó en la homilía.
"Que podamos, cada uno de nosotros, experimentar el amor de Dios, dejarnos perdonar y acariciar por Él y ser mucho más buenos entre nosotros", pidió el arzobispo de Buenos Aires.
En la reapertura de la parroquia del barrio porteño de Belgrano, el arzobispo llamó a la comunidad a recibir a todos sin preguntar de dónde viene ni poniéndole requisitos ni exigencias a su vida.