Sábado 14 de junio de 2025

A un año de la desaparición de Loan, Mons. Larregain clamó por verdad, justicia y esperanza

  • 13 de junio, 2025
  • 9 de Julio (Corrientes) (Aica)
Pidiendo por su aparición, la fortaleza de su familia y la sabiduría de quienes investigan el caso, el arzobispo de Corrientes reflexionó sobre las injusticias sociales y el valor de la solidaridad.
Doná a AICA.org

La comunidad correntina se congregó este jueves en la capilla Ascensión del Señor, de la localidad de 9 de Julio, para participar de la misa al cumplirse un año de la desaparición de Loan Peña. La Eucaristía fue presidida por el arzobispo, monseñor José Larregain OFM, quien hizo en la homilía un llamado a no perder la esperanza.

"Nos encontramos congregados en esta misa con profunda tristeza, a un año de lo sucedido con Loan", expresó el prelado al iniciar la celebración. "Elevamos nuestra súplica al Buen Padre Dios: pedimos por su pronta aparición, por la paz y fortaleza de su familia, por la sabiduría y guía divina de quienes tienen la altísima responsabilidad de trabajar en su búsqueda y el esclarecimiento del hecho".

En el día de san Antonio de Padua, tradicionalmente invocado para hallar lo perdido, monseñor Larregain confió la causa de Loan a su intercesión: "Le rogamos que nos acompañe y nos dé la esperanza de un reencuentro lleno de alegría".

Al pronunicar su homilía, el prelado correntino reflexionó sobre las lecturas bíblicas, y destacó el mensaje del profeta Amós, un hombre sencillo que denunció con valentía las injusticias y el desprecio por la vida humana: "Para ellos, las vidas humanas son solo una mercancía más, que se compra y se vende", citó y añadió: "El juicio del Señor es una advertencia: 'Ciertamente nunca olvidaré ninguna de sus obras'".

También recordó que la verdadera religiosidad no puede separarse del compromiso por la justicia: "Las fiestas religiosas y la piedad exterior carecen de valor si no hay un cambio profundo en el corazón que nos lleve a tratar con equidad y fraternidad a los más vulnerables".

A partir del Evangelio, que narra la parábola del administrador astuto, el arzobispo subrayó el llamado de Jesús a transformar las riquezas en vínculos solidarios: "Las personas valen más que las cosas. La vida no se mide por lo que se posee, sino por el amor compartido y los lazos de fraternidad que se cultivan".

En ese espíritu, monseñor Larregain alentó a quienes han causado dolor a cambiar de camino: "Que los que han causado lágrimas hagan felices a alguien; que los que han quitado indebidamente, donen y ayuden a los necesitados. Siempre estamos a tiempo para sanar el mal hecho y hacer el bien".

Finalmente, apeló a la virtud de la esperanza:
"Aún persiste un rayo, una llama cálida encendida,
en la memoria viva, una fuerza bendecida.
La lucha continúa, aunque el camino sea arduo,
la esperanza nace cada día, aunque el dolor sea crudo".+

» Texto completo de la homilía.